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El ‘chantaje’ bielorruso José Gómez Palas. El Correo de Andalucía.


 “Estamos con las carnes abiertas”. A estas alturas de curso, 700 familias acogedoras de niños bielorrusos desconocen aún si podrán abrazar este verano a su querubín procedente del Este. El endurecimiento de las normas de acogida por parte del Gobierno bielorruso amenaza con romper la continuidad del programa.

Hoy lunes cesará al fin la incertidumbre en la que viven envueltas desde hace meses las familias sevillanas que generosamente abren sus hogares a estos niños afectados por la catástrofe de Chernóbyl. Para ese día hay prevista en la Basílica de la Macarena una asamblea de las hermandades que componen la Confederación San Cirilo con el fin de dilucidar la continuidad o no del programa de acogida temporal de niños bielorrusos, después de que el Gobierno de aquel país haya impuesto de manera unilateral una serie de restricciones en las normas de acogida. Así, por ejemplo, en adelante sólo podrán beneficiarse de estas estancias fuera de su país los niños menores de 14 años; además, para evitar el roce continuado con una misma familia de acogida, los niños que viajen tres años seguidos a España deberán cambiar de país.

El sentir mayoritario entre las hermandades sevillanas involucradas en este programa es que “o vienen todos los niños o no viene ninguno”, de ahí que, ahora mismo, la continuidad de este proyecto social, auspiciado en 2001 por la hermandad del Cachorro y al que se han sumado en los últimos años una veintena de cofradías, esté realmente en peligro.

Las hermandades, no obstante, no pierden la esperanza y esperan una respuesta definitiva a las negociaciones bilaterales emprendidas con el Gobierno bielorruso para que se avenga a las condiciones que plantea la Confederación de San Cirilo.
Según mantienen algunos organizadores de este programa, “las trabas impuestas por el Gobierno bielorruso van encaminadas a que no se pueda dar continuidad a los niños dentro de una misma familia”, una condición que hace mucho más difícil encontrar a familias acogedoras dispuestas a traer a España a alguno de estos niños. “Precisamente –explican– parte del éxito de este programa se debe a que las familias siempre han tenido garantías de continuidad con los niños”.

Esta indecisión sobre la continuidad o no del programa de acogida ha provocado ya el aplazamiento de las fechas de llegada de los niños, prevista en principio para los días 20 y 21 de este mes. También ha sido anulado el tradicional acto de bienvenida a estos niños presidido por el cardenal de Sevilla, Carlos Amigo, en la Catedral, fijado inicialmente para el día 25 de este mes, y en el que los niños hacían un regalo al prelado.

Para este año, en concreto, está prevista en principio la llegada de 705 niños bielorrusos, de los que 461 se quedarán en familias de acogida de la capital sevillana, y un centenar viajará a la provincia, mientras que el resto, unos 140, se repartirán entre las provincias de Cádiz, Huelva y Málaga.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) estos niños, afectados por la catástrofe de Chernóbyl, alargan su vida de año y medio a dos años por cada mes que pasan alejados de la zona contaminada.

Foto: Juan Alberto García Acevedo.










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