Provincia. Artículo del Doctor Pérez Bernal publicado en el Boletín extraordinario de la Hermandad del Nazareno de Salteras
Pilar perdió 20 kilos en menos de 4 meses para salvar a su hijo
“Usted no puede darle el darle un riñón a su hijo. La obesidad contraindica esta intervención”. La respuesta de Pilar fue clara: “Vaya usted preparando el quirófano”.
José Alberto, a sus 15 años, padecía una Insuficiencia Renal. En pocas semanas tendría que vivir atado, de por vida, a un riñón artificial. Pilar quería donarle su riñón antes de que el joven llegara a depender de esa máquina. La entrevista con el cirujano, en lugar de hundirla, supuso una lucha contra el reloj para adelgazar y salvar a su hijo.
En menos de 4 meses perdió los 20 kilos que le dijeron. “Por mi nunca lo hubiera hecho, pero por mi hijo……” ¿Cómo lo consiguió?: “Natación, ejercicio y pasando mucha hambre”.
El 3 de Junio, precisamente el Día Nacional del Donante, se cumplió su sueño. Madre e hijo entraron cada uno en un quirófano y el milagro de los trasplantes se realizó, esta vez, gracias al amor de una madre.
José Alberto salió del quirófano a las 12 de la noche. Cuando por la mañana le visité en la UCI del Hospital Infantil, en solo 8 horas había orinado más de 8 litros. Inmediatamente cambié de edificio para contárselo a Pilar. Cuando las lágrimas de emoción le permitieron hablar, me dijo con su gracia de Andújar: ¡”Eso no es un riñón, es una depuradora”!
¿Se pueden creer que no ha necesitado calmantes? ¡”Como voy a sentir dolor si he cumplido mi sueño!” El día que dieron de alta a José Alberto, después de hacerle una foto a esta gran familia, al despedirnos me dijo al oído con lágrimas de felicidad: “Lo he parido por segunda vez”.
Loli y Carmen: Madres pioneras después de sus trasplantes
Loli, de Pruna, y Carmen, de Sevilla, fueron madres a principios de los 80 después de sus trasplantes de riñón. En esa época la Medicina aun tenía poca experiencia en hemodiálisis, trasplantes o en tratamientos antirrechazo. En Andalucía fueron los primeros embarazos de mujeres trasplantadas.
Loli se quedó embarazada en 1984, a los pocos meses de su trasplante. Su hija, que ya tiene 24 años, se llama Rocío por su nefróloga, quien vivió los 9 meses mas intensos de su profesión. Loli, a pesar de ser muy nerviosa, nunca se sintió sola.
Carmen se había trasplantado en 1.979, con solo 21 años. Su hija Sandra nació en el 85 y se convirtió en la segunda niña que nació en Andalucía después del trasplante de una mujer. A los dos años nació Juan Antonio. Hoy Carmen tiene dos nietas, Yolanda y Lucía, y sigue disfrutando de la vida.
En Sevilla ya han nacido más de 30 niños de madres y padres trasplantados. Yo les llamo Hijos de la Solidaridad porque nacieron gracias a que sus madres y padres sobrevivieron a una enfermedad terminal con un trasplante. Una donación de órganos les salvó la vida y esa solidaridad anónima logró generar nueva vida.
Loli y Carmen, cuando ahora escuchan que se discute por la “defensa de la vida” se miran y sonríen con complicidad. ¡Ellas si que saben lo que es luchar por la vida! Pusieron en riesgo las suyas para poder ser madres.
Maribel ha tenido un hijo tras regalarle vida a su hermana
Al finalizar una conferencia sobre trasplantes, se me acercó una joven y me preguntó: ¿”Yo podría darle un riñón a mi hermana”? Le contesté que sería posible si era compatible y superaba un chequeo exhaustivo, necesario para comprobar que podría seguir viviendo, sin problemas, con un solo riñón. Ese día tuve el privilegio de conocer a Maribel, una mujer excepcional.
Su hermana Manoli se apagaba, a pesar de su juventud, mientras malvivía con un riñón artificial. Su soledad era profunda. En Abril del 2007 volvió a nacer cuando Maribel le donó un riñón. Sencillamente, le cambió la vida.
En el mismo Hospital conoció a Anselmo, su actual marido desde hace solo unos días. Anselmo visitaba en el Hospital a su hermano, recién trasplantado de riñón. El destino los unió. Fue un “flechazo” de cine.
Maribel es una heroína. Sin héroes todos seríamos gente normal. Sin ellos no sabríamos hasta donde puede llegar el ser humano. Fíjense: A los 4 meses de donarle el riñón a su hermana se casó con Javier. Este sabía que se casaba con una mujer que tenía un solo riñón, pero también sabía que se casaba con una mujer valiente, “supersana”, que podrá tener muchos hijos pero, sobre todo, que se casaba con un Ángel.
El Nefrólogo le recomendó a Maribel que dejara pasar un año antes de quedarse embarazada. Al año y 3 meses me comunicó su embarazo e incluso me mandó la primera ecografía de su bebé por correo electrónico. Estuvo trabajando hasta el día anterior al parto, al que Javier asistió, en el Hospital de la Mujer.
El pequeño Javier, con solo 18 días, asistió a la boda de su tía Manoli. Fue un día inolvidable. Maribel, con su sencillez, intentaba pasar desapercibida. Con la excusa de dar de comer a su bebé, desapareció. La descubrí mirando a su familia detrás del cristal de una ventana. Una lágrima de emoción y de vida caía por su mejilla.
Lágrimas de Vida
Susana Herrera, una joven madre, perdió a su único bebé con 7 meses. Un accidente de tráfico terminó con su sueño. La conocí una noche trágica de Enero del 2005, en la UCI del Hospital Infantil. Cuando su piel aun sentía la última caricia de José Andrés, cuando aun notaba su olor o escuchaba su sonrisa, ella transformó sus lágrimas en vida y esperanza para otros niños que, de no llegarles un trasplante, tenían una muerte anunciada.
No hizo falta que le pidiéramos la donación de órganos. En su dolor, tenía una obsesión: ¿Cuántos niños se van a salvar? Ahora se siente madre de tres niñas. No las puede conocer, porque la ley no lo permite, pero estas tres vidas salvadas se convirtieron en un “bálsamo” para su desgarradora tristeza.
Le recomendaron que desahogara su pena escribiendo. Ella es periodista, presentadora de televisión, y sabe hacerlo. Lo que inicialmente le sirvió de autoayuda, se transformó en un libro emocionante. Le tituló, con gran acierto, “LAGRIMAS DE VIDA”. Todos deberíamos leer este libro. Es una gran historia de amor, de lucha por la vida y de superación.
Susana lucha ahora, físicamente, con dos diablillos, Álvaro y Gabriel, pero se siente madre de seis hijos. José Andrés, convertido en un Ángel, protege desde el cielo a esta gran familia.
Nuestro Cardenal: Maestro de Vida y Esperanza
Nuestro Cardenal continuamente nos recuerda que “la donación de órganos es un auténtico acto de amor al prójimo”. También nos dice que es una obligación para el cristiano porque salvamos la vida de un hermano que sufre, precisamente cuando ya no necesitamos nuestro cuerpo. Con su Carta Pastoral “No te lleves al cielo lo que necesitamos aquí” y con su apoyo constante ha logrado salvar muchas vidas y ha transmitido esperanza a todos los enfermos terminales de nuestras listas de espera de trasplantes
Recientemente le hice una foto. Estaba encendiendo el cirio por los Donantes de Órganos que fundió en el palio de la Esperanza de Triana, antes de que la Virgen nos regalara a Sevilla una visita con motivo del XXV Aniversario de su Coronación. Leed el mensaje escrito en el cirio: ESPERANZA PARA LA VIDA.
Estas dos palabras encierran toda la “magia” y emociones de los trasplantes. Una donación de órganos consigue transformar lágrimas en vida y dolor en esperanza. Este gesto tan noble y cristiano de las familias de los donantes logra alivio y consuelo para las heridas que todos llevamos en el alma. Esa Luz de Vida y Esperanza dignifica la condición humana.
Rocío vio la LUZ en Salteras
Conocí a Rocío en su Instituto. Destacaba entre el grupo de jóvenes porque respiraba con oxígeno. Estaba en lista de espera para un trasplante pulmonar y llevaba su inseparable mochila de oxígeno líquido. Estaba agotada. Tenía pocas ganas de seguir luchando. Me entristeció cuando le escuché decir que tenía una “fecha de caducidad” muy cercana.
Rocío nació con Fibrosis Quística, una enfermedad que afecta, sobre todo, a los pulmones. Necesitaba un trasplante y no llegaba. La espera era desesperante. El miedo comenzaba a bloquearla.
Pocas semanas después, se celebró en Salteras una Misa por los Donantes de Órganos ante la Virgen de la Oliva. La organizó Manuela Cid, una doctora que conoce a fondo el mundo de los trasplantes. Llamó a Rocío, quien fue con toda su familia. El sacerdote, Don José María Gómez, le transmitió esperanza. El Hermano Mayor de Nª. Sª. de la Oliva, Segundo Artillo, le animó a seguir luchando. Todos rezaron por los Donantes, quienes seguro que están en el cielo, junto a Dios, porque nos dejaron regalando vida. También rezaron por sus familiares, que en un gran acto de Amor al Prójimo autorizaron que varias personas pudieran seguir viviendo. Todos pidieron a la Virgen mayor concienciación y sensibilidad hacia este tema, para que los andaluces fuésemos mas solidarios, como los asturianos y vascos.
No habían pasado tres días cuando Rocío recibió la ansiada llamada del Hospital: “¡Vente inmediatamente para Córdoba. Tenemos unos pulmones para ti!” Rocío, su familia, Don José María, Manuela, Segundo, ….. toda Salteras se emocionó. Las casualidades pueden existir, pero hay coincidencias que te hacen pensar. Después de esperar tantísimos meses, la llamada sucedió a las pocas horas de la Misa por los Donantes, de ese acto emocionante en el que toda Salteras le transmitió ESPERANZA.
Un año después, a principios de Junio, hemos vuelto a repetir la Misa por los Donantes de Órganos. También asistieron Rocío y su familia, pero esta vez con una situación bien distinta y con amplias sonrisas en el alma. Fue un acto muy emotivo. Al finalizar le tenían preparada una sorpresa a Rocío. La llamaron al altar y ante la Virgen de la Oliva le impusieron la medalla de la Hermandad. Mientras el Secretario leía el acta, las sonrisas se convirtieron en lágrimas.
Para mi esa medalla significaba la medalla de la lucha por la VIDA, del Amor con mayúsculas, de la Solidaridad anónima y del triunfo de la Esperanza.
Después vinieron las fotos. Fotos con la Junta de Gobierno, Fotos del Hermano Mayor mostrando con orgullo y emoción su Tarjeta de Donante ante la Virgen de la Oliva. Fotos de otro Hermano Mayor, Antonio Ramos, mostrando su Tarjeta de Donante ante su Patrona para ejemplo de toda su Hermandad de Jesús Nazareno y como símbolo de sus 50 años de amor al prójimo.
Cuando la Virgen de los Dolores luzca en su palio un cirio con la leyenda “LÁGRIMAS DE VIDA”, toda Salteras sabrá que su Luz será un homenaje a todos los Donantes de Órganos, un homenaje a quienes transformaron su DOLOR en ESPERANZA. Será un canto a la VIDA y al AMOR AL PRÓJIMO.