Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • jueves, 25 de abril de 2024
  • faltan 353 días para el Domingo de Ramos

Cinco de Noviembre. Día Mundial de la Voluntad y el Esfuerzo. El día de Madre Angelita. Antonio Gila Bohórquez


 Y llegó el cinco de Noviembre. Y nos hemos levantado como cada mañana. En una rutina ardua y algo lenta. Dispuestos, algunos, a comerse el mundo, y otros, simplemente a pasar el día de la mejor manera posible.

Resulta a veces muy curioso presenciar el movimiento humano en período matutino. El ajetreo, las prisas, el irónico saludo de Buenos Días, la incansable humareda- a veces kilométrica- de tráfico, y un largo etc., que denotan nuestra falta de organización y un déficit más que marcado, de voluntad.

¿Quién se levantó la mañana del cinco de Noviembre con ganas de sacrificarse por los demás? Probablemente, tú, que eres el lector de este artículo, pienses de manera introspectiva, que (muy afirmativamente) te has levantado con ganas de sacrificio por los demás. Y no sólo eso, sino con ganas de cambiar el mundo. Pero el ser humano es a veces tan inhibido y moldeable, que a lo largo del día, ya sea por razones fisiológicas o puramente individuales, vamos marcando un ritmo oscilante en nuestro estado de ánimo. En nuestras ganas por "comernos el mundo". Entramos en nuestros trabajos, nuestras oficinas, nuestras clases, nuestras bibliotecas,. y el objetivo inicial se nos marca como un reto al que, sin lugar a dudas, podremos alcanzar. Pero, no me neguéis, que todos algunas vez hemos ido recortando ese reto. Hemos simplificado nuestra meta, haciéndola más asequible. "Hoy en vez de cinco temas estudiaré tres y ya mañana (si eso) recupero los dos temas.".

Pero como en cualquier ciencia, sea pura, exacta o simplemente relativa, hay excepciones, más que demostrables. Y no digo demostradas, pues a día de hoy, NO HA HECHO FALTA.

Localicemos nuestro rádar en una calle sevillana. Una calle Santa, escoltada por bloques de pared blanca, y edificios que guardan historia engalanados con azulejos de hermosas Vírgenes. En uno de sus extremos, la calle comienza con una Santa. Y en el otro extremo, con un Santo. Santa Ángela y Espíritu Santo.

De manera equidistante, y en un punto que guarda la similitud de lo irrevocable, se encuentra un portalón sencillo que da paso a una entrada muy modesta. Un puño metálico es el timbre, y una monjita, la portera.

Sevilla en un amanecer de ensueño, a eso de las cinco de la madrugada. Esa hora en la que la Esperanza Macarena cruza la Catedral, en plena Madrugá, para hacerse aún más Macarena. O la hora en la que la Virgen de los Reyes recibe a los primeros devotos en la mañana del quince de agosto como bien decía Carlos Colón.

A esa hora, sucede otro instante sevillano y diario. Las puertas de aquel Convento de la calle Santa Ángela, se abren, y un reguero de Hermanas, ataviadas con su peculiar hábito y cargadas de cestitas de mimbre con bolsas, comienzan su andadura para adentrarse en el mundo al que yo llamo: Sueño de Sor Ángela. Es como aquel sueño que tuvo Don Bosco a los nueve años de edad, solo que el de Sor Ángela, es un sueño persistente que todas las mañanas las Hermanitas rememoran y evocan en silencio. Son discretas. Camufladas por la humildad, entrando en la casa del pobre, y en el corazón del pobre.

La mañana del cinco de Noviembre es así. Discreta, camuflada en la humildad, y silenciosa. Sevilla despierta el cinco de Noviembre de la misma manera que el cuatro o el seis del mismo mes, pues así lo hacen las Hermanitas de la Cruz. Sólo hay una pequeña diferencia: la mañana del cinco de noviembre, todos los que queremos y confiamos en Sor Ángela y sus Hijas, intentamos ser como ellas: nos levantamos con fuerzas, voluntad y ganas de ser como Santa Ángela de la Cruz.

Foto: Francisco Santiago 










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.