Recomendado. Viaje al Lost World. Antonio Zoido. El Correo de Andalucía.

Desde que España se puso de moda entre las clases adineradas europeas a finales del siglo XVIII, la Semana Santa sevillana brilló como acontecimiento imprescindible; pero, a tenor de los textos de los viajeros, no creo que sus impresiones quepan en el concepto de ‘turismo religioso’ que todos los consejeros de Turismo se han empeñado en vender en Europa. Mi impresión de alguien que cada año se encuentra con que tiene a algún guiri al que meter en la bulla, es que los europeos que son creyentes no comprenden nada. En cambio el año pasado acompañé a un matrimonio hindú y lo entendieron todo a la perfección.

Y es que los que participan en nuestros ritos pasionistas son creyentes en su inmensa mayoría pero la fiesta no lo es esencialmente. La Semana Santa es, sobre todo, la manifestación de una sociedad civil que encuentra en ella su expresión fuera del tiempo; la prueba está en que en cuanto la ciudad enfila su proa hacia ella, comienzan –y a la vez– las ceremonias y los rifirrafes.

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