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Derecho a la Vida (y a la dignidad)


 Francisco Santiago. Quien nos conocen, saben de sobra que nos implicamos en muchísimos temas y en la mayoría estos gestos no salen a la luz porque no todo lo que hacemos tiene que ser de dominio público.

En las dos últimas proyecciones que realizamos el pasado año 2009 en las Hermandades de La Resurrección y Cautivo y Rescatado, ya dejamos patente nuestra postura con un videoclip titulado “Sí a la Vida”, pero en todos los sentidos y consecuencias.

Resulta muy curioso que hermandades que se jactan de estar a favor de la vida, a su vez estén en contra de que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres en su Corporación. Es más o menos como decir: “Si, tú nace, pero si eres mujer que sea sólo para limpiar y tener hijos”.

Igual de extraño me resulta que ese “Si a la vida”, no tenga el mismo significado cuando nos referimos a la “vida de Hermandad”, porque granujas hay en todas las hermandades sin excepción y algunas de ellas se han convertido en pequeños partidos políticos con una ideología más que señalada hacia la derecha y, de corazón ¿si Cristo volviera a la tierra en qué lado se situaría, en las convivencias y cervecitas diarias o junto a la misma señora que lleva años y años a las puertas de su sede mendigando una limosna?

Otro de los factores que veo que se incrementan en las hermandades, es que la generación NI-Ni empieza igualmente a establecerse en los senos de los grupos jóvenes, que ponen más énfasis en salir de pertigueros, en realizar un blogs, en presentarse a concursos de cultura cofrade, pero que son unos completos lerdos a la hora de estudiar y, por consiguiente, a la hora de pensar en su futuro.

No sé que es peor, el supuesto cofrade tipo “cani” de las bandas, el aprendiz de Van Dame con pose de culturista y costal por montera, el amanerado con traje oscuro que lo mismo va a los turnos de vela que a fiestas de dudoso gusto o sus progenitores que ya no tienen nada que ofrecerles para su futuro más inmediato.

Nadie está capacitado para imponer posturas o modos de vida. A mí, desde pequeño me inculcaron unos dogmas de educación, fe y convivencia que, creo, he sabido llevar más allá de la política o la religión misma, a pesar de mis limitaciones sobre todo económicas.

Se ha perdido el respeto en un alto grado de porcentaje, pero quizás todo venga dado por la propia ruptura familiar que venimos soportando día a día. Si pasamos todo el día fuera de casa trabajando, luego nos vamos a la Hermandad y volvemos a casa para dormir… ¿dónde queda el lazo familiar?

Reconozco que hoy en día la cosa está muy difícil para todos, sobre todo para los que no hemos nacido con una herencia (ya sea por apellido o monetaria) que nos mantenga. Por este motivo yo no tengo dudas de mi postura en cuanto al “Sí a la Vida”, estoy en contra del aborto, de la opresión y de la corrupción en todos los sentidos.

Igualmente, estoy a favor del endurecimiento de la ley del menor, de la igualdad de clases y de sueldos, del respeto a los maestros y a los católicos, del disfrute de una vivienda digna y de una calidad de vida que nos ofrezca, al unísono, una muerte de iguales características.

Yo soy parte de la Humanidad y, como tal, deseo lo mejor para todos, sin excepciones ni añejas reglas escritas desde puntos de vista políticos y al margen de la sociedad.

Foto: Francisco Santiago










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