Provincia. José Ramón Paleteiro concluye la restauración del manto de 1889 de la patrona de Castilleja de la Cuesta

Antonio Rodríguez Navarro. En el taller sevillano de José Ramón Paleteiro, se ha concluido la restauración del manto de 1889 de la Inmaculada Concepción, Patrona de Castilleja de la Cuesta, que necesitaba una inminente intervención por su valor histórico-artístico. En 1965 el deficiente estado de conservación que presentaba condicionó su sustitución por un manto liso de terciopelo celeste en la procesión del Domingo de Resurrección, el cual se convirtió en 1970 en el actual que desde esa fecha procesiona y que bordó la insigne Esperanza Elena Caro.

El manto ahora restaurado, está bordado en oro sobre seda celeste, de autor desconocido, aunque algunos historiadores lo venían atribuyendo a las hermanas Ántunez, pero por la calidad de las piezas, el estilo y el tipo de bordado, José Ramón Paleteiro cree que dicha autoría corresponde a la primera época del taller de Juan Manuel Rodríguez Ojeda.

El propio Paleteiro ha afirmado que el manto es digno de estar en un museo, incluso de no procesionar y ser conservado en una vitrina, pues es una auténtica joya, ya que muy pocas obras quedan de este tipo hoy en día. La obra posee una elegante y armoniosa composición simétrica, aunque sus motivos ornamentales son claramente de los años finales de la centuria decimonónica. Está compuesto a base de hojarascas, elementos que simbolizan la “regeneración de las almas”, y de flores tales como girasoles, margaritas, rosas o tulipanes, las cuales hacen referencia a las “virtudes marianas”, teniendo esta pieza la peculiaridad de poseer una paloma engarzada, que representa al Espíritu Santo. Recibe la denominación popular de “colino”, por ser un manto de pequeñas dimensiones sin sobresalir de las andas procesionales, lo cual es símbolo de “gozo y alegría”. Dada la excepcionalidad  del manto, pues según los expertos, es una pieza única, de un valor incalculable y de una calidad extraordinaria, han sugerido la posibilidad de que pueda ser expuesto en la ciudad de Sevilla.

La historia de la realización y restauración del manto no puede ser más emotiva. José Marín Oliver, Alcalde que fue de Castilleja de la Cuesta, al fallecer el 20 de noviembre de 1885, dejó en herencia a la Hermandad de la Calle Real la imagen de la Inmaculada Concepción, al haber costeado él la talla de la Virgen en el año de 1878. Igualmente, en su testamento realizado en 1884, ordena a sus albaceas que se realice un manto para la Virgen de la Concepción, por un valor de tres mil pesetas: “Es mi voluntad, que por mis albaceas se compre un manto a la referida efigie de Nuestra Señora de la Concepción de mi parroquia, invirtiéndose en el hasta la suma de tres mil pesetas, o sean doce mil reales”. Ciento veintiún años después del estreno del manto, gracias a la herencia de otro gran concepcionista y “chorreón”, Bernardo Chaves Goncet, se ha restaurado dicho manto.

El próximo Domingo de Resurrección, la Patrona de Castilleja, después de 45 años, lucirá nuevamente el mencionado manto, que tanto sabor y empaque confieren a la imagen de la Santísima Virgen. De este modo, después de la restauración en el 2004 del elegante paso, y de que se realizara una réplica de la saya correspondiente a este manto en el 2005, el conjunto de las andas donde procesiona la Inmaculada recuperarán todo el sabor añejo y romántico de siglos pasados. Este será el gran estreno de la Hermandad para el 2010, pues la misma ha querido que coincida con la efeméride que próximamente comenzará a conmemorar, el 250 aniversario del Patronazgo de España de la Inmaculada Concepción (1760-2010).