Arte Sacro
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A la Muerte. Justo Carretero Sánchez


 Ya separaron al Hijo del regazo de su Madre y se lo llevan al Sepulcro. Sevilla, le hace una urna de cristal para que ni siquiera la suave brisa turbe su dulce sueño. Y nuestra ciudad, completamente rota por el dolor, le otorga honores de Rey.

Todas las hermandades van acompañando el cortejo fúnebre junto a las autoridades civiles y militares. Toda Sevilla viste de luto para presenciar el transcurrir del Santo Entierro.

Pero esta hermandad, tiene una gran singularidad. El primero de los pasos representa alegóricamente, el triunfo de la Cruz sobre la Muerte y el Pecado. Y en él podemos ver a la Muerte sentada sobre el Mundo apoyando la cabeza en su mano, resignada y vencida por la Cruz que se encuentra a sus espaldas.

Por supuesto, la escena es realmente sobrecogedora. Tanto, que asusta un poco a los chiquillos y el pueblo llano la llama La Canina. Aunque sorprendente, no deja de ser interesante el efecto que causa ante el pueblo que siente temor ante lo que el esqueleto representa.

 Y la ven derrotada y abatida frente a la Cruz vacía que simboliza la Resurrección. Pues bien, el pregonero no la ve exactamente así. El pregonero tuvo la suerte de que alguien muy cercano a él, le explicara cómo se ve, mirándola con los ojos de la fe. Permítanme que les explique como me enseñaron a verla, y quizás, el próximo Sábado Santo, quizás cambien ustedes de opinión..

Cierto es que la Muerte está sentada sobre el Mundo, y cierto también, que apoya la cabeza en su mano. Pero yo no la veo abatida y derrotada; simplemente está triste afligida, resignada, …porque la Humanidad  no la ha entendido.

Porque después de mas de 2.000 años, todavía no hemos comprendido que, con Jesús se va …a la vida. Que nos hace falta morir para renacer a la Vida Eterna junto a Cristo.

Que Él mismo nos lo enseñó con parábolas como la de la Semilla que ha de morir bajo tierra para que nazca la nueva planta. Y que además nos lo demostró con su propio ejemplo muriendo en la Cruz para resucitar luego.  Y parece que nosotros no lo hemos entendido aún y la vemos como una enemiga, mala y perversa… en vez de una colaboradora importante en la Salvación.

A la Muerte

Te veo y quedo extrañado.
Señora, dime quien eres.
¿Cómo silente y desnuda
a pasear, tu te atreves?

Eres bella, aunque triste
y temible, algunas veces.
Necesaria como el agua
y amarga para quien bebe.

Misión tremenda te dieron,
¡Quién pudiera detenerte!
Pero solo Dios te manda
y solo a El perteneces.

Y al verte, yo me pregunto:
¿Cómo pudo Dios hacerte?
¿Para qué nos da la vida?
Si luego no la defiende
y tu terrible guadaña
la corta implacablemente.

Y Ella, sobre su paso,
sentada tranquilamente
apoyándose en su mano
va diciéndole a la gente.

Yo no mato. Doy la Vida.
Es que ustedes no me entienden
y me ven horrible y fea
cuando soy Pura y Celeste.

Doy una vida tranquila
sin dolor ni padeceres,
esa que el mismo Cristo
en el Evangelio promete.

Pero tu que te acostumbras
a los vicios y placeres
solo ves lo material
y por eso no me crees.

Que yo os quiero como hermanos
y que a mi también me duele
tener que cortar la vida
cuando nada mas florece.

Pero solo Dios lo sabe
y solo El razones tiene,
y quizás con eso evito
dolores mucho mas fuertes.

¡Que no soy horrible y fea!
Que yo soy Pura y Celeste.
Que aunque parezca mentira
lo que yo doy es la Vida
aunque me llamen La Muerte.

Justo Fco. Carretero Sánchez (Adaptación de un poema original de Amparo Sánchez Tejada)

Fotos: Francisco Santiago










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