Crónica de una lluvia previsiblemente anunciada

Arte Sacro. A la hora señalada, el paso de Cristo de la Hermandad del Polígono entraba en la calle Luis Montoto. El cielo estaba cubierto y soplaban rachas de viento. Pocos minutos después aparecía el paso de la Virgen del Rosario y en esos instantes comenzaban a caer pequeñas gotas de agua acompañadas por las mencionadas rachas de viento.

El consejero de hermandades de Gloria, Miguel Martínez García, preguntaba a miembros de la Junta de Gobierno por el Diputado Mayor de Gobierno para informarle de la previsión meteorológica que acababan de recibir, que no era sino la que en breves momentos se iba a producir.

Pasada la clínica Sagrado Corazón la lluvia arreció y el paso de palio avanzó a paso de mudá, entre las palmas de los presentes. Unos metros antes de llegar a la residencia de ancianos ubicada junto a la iglesia de San Benito, se realizó el relevo más rápido que hemos visto hasta la fecha. Las ancianas de la residencia aguardaban junto a las monjas la llegada de la Virgen, paraguas en mano. Se abrió la puerta de la parroquia de San Benito, pero la hermandad del Polígono decidió continuar como saben, hasta el Divino Salvador.

Para que tengan una referencia, nos encontrábamos resguardados del líquido elemento pasados unos 40 metros de la Corporación del Martes Santo, a nuestra altura el palio y aún sin llegar a la Puerta de Carmona se situaba el paso de Cristo.

 

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.