El reconocimiento de una gran obra musical: Valle de Sevilla. Honorio Aguilar

Valle y Sevilla son los pilares de esta marcha de estilo fúnebre y marcada naturaleza andaluza. La primera, la dolorosa Virgen del Valle, titular de la Archicofradía de la Coronación de Espinas y Nuestro Padre Jesús de la Cruz al Hombro, determina el compás, el ritmo y el tempo de esta forma musical denominada marcha, adecuada para la procesión penitencial del Jueves Santo a la Catedral Metropolitana por las calles de esta ciudad, que por su historia y cultura condicionan los rasgos andaluces de la obra.

Valle de Sevilla  es la prolongación de las marchas procesionales que hunden sus raíces en las primeras marchas fúnebres del siglo XIX, dentro de la corriente del Romanticismo y en la que los grandes autores de estos dos siglos de música cofradiera de la talla de Gómez Zarzuela, los Font, San Miguel Urcelay, Ruiz Vidriet, Turina Pérez, Álvarez Beigbeder, López Farfán, Cebrián…encontrarían la continuación más acertada a su legado.

Valle y Sevilla fueron los argumentos que su cordobés compositor, utilizó para crear una obra atemporal y sublime. No podría ser otra su ciudad natal si se pretende entender el autor y su obra, y es que Córdoba fue quizá la primera ciudad donde nace la marcha procesional y los sucesivos maestros que compusieron desde ella para el resto de Andalucía no pudieron en modo alguno sustraerse de unos rasgos característicos absolutamente singulares, y que posteriormente se expanden por otras provincias. Córdoba es la cuna de Rafael Cebreros, Lucena Vallejo, Gámez Laserna …es decir, un nutrido grupo de autores de reconocido prestigio en el patrimonio musical de nuestro país.