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Opinión. El análisis. Será lo que los hermanos de Las Aguas quieran. Magdalena Ángel.


En 1987 Paco Mesa se presenta a la reelección después de haber fracturado a su Junta de Gobierno con una serie de actitudes muy personalistas. Se crean dos bandos y por primera vez se presentan dos candidaturas en las Aguas. La alternativa que estaba encabezada por Antonio Delgado Aubriz resulta perdedora por un solo voto en unos comicios en los que Paco Mesa le estará eternamente agradecido a su asesor de campaña y mayordomo, Pedro Collado, por conseguir dicha victoria.

Pero la desgracia se cierne sobre la Hermandad y sobre una Junta de Gobierno que tiene que enfrentarse a un exilio en la Parroquia del Sagrario como consecuencia del estado ruinoso de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario motivado al iniciarse las obras de cimentación del Teatro de la Maestranza.

Durísimos fueron los años 1989, 1990, 1991 y 1992 en los que la Hermandad tuvo que salir en los días de Semana Santa desde el templo de los Terceros, donde la Casa de Hermandad, encima del Bar Carretería, fue un eventual almacén de enseres y donde a las imágenes se les rendía culto en la Parroquia del Sagrario. Años penosos en los que sobrevino además el final de los dos mandatos consecutivos de Paco Mesa y el planteamiento de un nuevo proceso electoral. A esto se enfrenta con especial valentía y llevado por lo impetuoso y lo resuelto de su carácter Pedro Collado que se presenta al cargo como nuevo Hermano Mayor.

A partir de 1990 Pedro Collado, como Hermano Mayor, inicia una serie de gestiones con políticos e instituciones, conoce a personas influyentes y recibe donativos de hermanos y devotos que confían en quienes se han hecho cargo de la Hermandad y que se sienten especialmente sensibles ante la difícil situación que vive esta humilde Cofradía. Por su carácter Pedro Collado empieza a ser igualmente aceptado y ensalzado que criticado y denostado.

A su vez y, durante los años de su mandato, se consigue que después de varias paralizaciones la Capilla se abra al culto, regresando las imágenes y colocando la famosa placa en la que se agradece a la Junta de Andalucía el que se hiciera cargo de la rehabilitación del inmueble y donde aparece el nombre de Pedro Collado metido con calzador. Se traslada al Cristo de las Aguas a la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla para presidir la I Eutreya Europea de Cursillos de Cristiandad con motivo del XLV Congreso Eucarístico Internacional que se celebró en Sevilla. Se cuentan múltiples engaños, desprecios y falta de respeto para con ciertos hermanos que ven como el control de la Hermandad iba a la deriva.

La Hermandad que disponía de un activísimo Grupo Joven, un Coro que era reconocido dentro del ámbito local, y una pequeña pero suficiente Casa de Hermandad se queda sin ninguno de esos tres principales activos. Estos y otros asuntos de ingerencia en los respectivos cargos de la Junta llevan a su Diputado Mayor de Gobierno Manuel Ferreiro, a su Mayordomo Primero Mariano Milla, a su Secretario Primero Fernando Trigo y a sus dos Priostes Miguel López y Francisco Martín a presentar su dimisión.

Pedro Collado en lo personal solicita una excedencia y trabaja junto con uno de sus Conciliarios, Ignacio Montaño, en la Comisaría de la Ciudad para la Exposición Universal creando lazos de unión y amistad que hoy se mantienen. Además consigue de una serie de personas de su Junta de Gobierno una adhesión inquebrantable que incluso hace que avalen personalmente un crédito bancario para conseguir lo que para la maltrecha liquidez de la Hermandad era imposible. Eso sí, sin entre ellos estar el principal impulsor, Pedro Collado, que alega problemas económicos.

Es tal el caos como consecuencia de lo enmarañado y lo embarullado de su gestión económica que en 1993 nadie se presenta como candidato a las elecciones que estaban previstas para ese año. Pasa un año y consigue en 1994 configurar una Junta de Gobierno donde la figura del Hermano Mayor es sostenida por tres antiguos hermanos mayores dentro de la Junta de Gobierno. Manuel Díaz-Jargüin Ocaña es el Hermano Mayor y los tres ex Hermanos Mayores eran Pepe Cia, Joaquín Serrano y Pedro Collado.

Como dato curioso decir que Pedro Collado que ejercía de Secretario Primero incluye en esta Junta de Gobierno a un jovencísimo Antonio Arrondo como Secretario Segundo que tiene, al principio del mandato, la iniciativa de organizar excursiones gratamente recordadas entre los que participaron y que sirvió como bálsamo con el que enjugar las heridas de los hermanos.

Pero de nuevo la convivencia vuelve a enrarecerse cuando un numeroso grupo de hermanas respaldados por un llamativo grupo de hermanos pretende ejercer su derecho de asistir a los Cabildos Generales y se encuentra con la frontal oposición de casi toda la Junta de Gobierno, cofrades forjados en unos principios en aquellos años irrenunciables y que agria la convivencia entre los hermanos paralizando prácticamente la vida de Hermandad. Este grupo de mujeres agota todas las posibilidades legales que tenían hasta que ponen en evidencia a una Junta de Gobierno que se ve obligada a convocar un Cabildo en el que abrumadoramente se decide sobre la incorporación de la mujer con plenos derechos en la Hermandad. Esto por fin fructifica en la Cuaresma de 1998.

Paralelamente y como consecuencia del vacío al que la propia Junta de Gobierno sometió a los hermanos, un grupo de ellos hace frente común y presentan su candidatura en el mes de Febrero de 1997 a unas elecciones que no llegan a celebrarse porque aparece un decreto firmado por el Vicario General de la Archidiócesis que aplaza el proceso electoral un año. La realidad es que la Junta de Gobierno no quería que fuera ese grupo de personas el que dirigiese la Hermandad. La sombra alargada de Pedro Collado el cual era inmediatamente informado por la secretaria del Vicario, antes que el propio Vicario, de los movimientos y escritos que presentaban estos desesperados hermanos ante la flagrante injusticia que estaban viviendo produce una nueva división en la Hermandad.

Luis Chamorro Palomo encabeza a este grupo de hermanos que además del año de prórroga antes referido, ve como las elecciones se vuelven a aplazar otros 6 meses, en esta ocasión para realizar unas Reglas nuevas que se adaptaran a las nuevas Normas Diocesanas. Engaño nuevamente pertrechado por quienes se negaban a dejar la Hermandad en manos de personas que no eran de su confianza.

En estos años, es decir, desde Enero de 1997 a Noviembre de 1998, la Hermandad es un caos. Los miembros de Junta dimiten de sus responsabilidades por llevarse más tiempo del legal, se cambia la figura de la Magdalena del Paso de Cristo, se hace una Cruz Parroquial, se salda el crédito contraído, se aprueban unas reglas con muchísimas deficiencias, se producen disputas muy duras entre Pedro Collado y los que asumen el poder haciendo piña que son Manuel Díaz-Jargüin Ocaña como Hermano Mayor, Joaquín Serrano como Teniente de Hermano Mayor y Efigenio Ladrón de Guevara y Capitán como Mayordomo. Pedro Collado dimite de la Junta de Gobierno pero fueron numerosas las veces que fue visto entrando en la Capilla con llave propia. Por tanto seguía controlando diversos aspectos de la Hermandad.

En Abril de 1998 fallece Luis Chamorro Palomo que es sustituido en el liderazgo de lo que ya se llamaba la Oposición por Fernando Trigo y que en una maniobra poco pensada y propuesta por la figura del Teniente de Hermano Mayor Joaquín Serrano decide desligarse del hijo de Luis Chamorro Palomo creando un cisma dentro de ese grupo unido desde hacía ya dos años. Joaquín Serrano prometió un trato de favor durante las elecciones a Luis Atienza, mano derecha de Fernando Trigo si desaparecía Luís Chamorro García de la candidatura.

Al final, en Noviembre de 1998, la Candidatura de Fernando Trigo sucumbe en unas elecciones adulteradas ante la candidatura encabezada por Pedro Collado que vuelve al cargo de Hermano Mayor casi cinco años más tarde.

Comenzó un nuevo momento para la Hermandad con un grupo de personas nuevas e inexpertas que de la mano de un versado Pedro Collado tuvo un final más convulso aún que lo anteriormente relatado. Lo primero que sucede es que la figura del Mayordomo Primero Alejandro Escudero, el cual dedicaba desde las cinco de la tarde todo su tiempo a la Hermandad , empieza a hacerle sombra a Pedro Collado. Una gestión seria y controlada completamente en lo económico no permitía que un Hermano Mayor tuviese a su disposición un dinero de representación como ocurrió durante los primeros meses del mandato. Esto no le interesaba a un Pedro Collado que consigue unir a la Junta de Gobierno contra la figura del Mayordomo. Provocan su dimisión, la del Mayordomo Segundo Manuel Oliva que en solidaridad se marcha junto con el Capellán Luis Carrillo por considerar una tremenda injusticia esa iniciativa poco edificante.

Pero Pedro Collado mantiene un comportamiento sin escrúpulos lo que le genera mayores problemas a la Hermandad. Entre el año 2000 y el año 2001 se celebra el CCL aniversario fundacional de la Hermandad. La Hermandad va a Triana y saca desde la Capilla de los Marineros al Cristo de las Aguas y a la Virgen del Mayor Dolor después de haber celebrado el Quinario en Santa Ana.

Toda esta Cuaresma fue tan convulsa que a la finalización de la Semana Santa presentan su dimisión en un Cabildo de Oficiales esperpéntico hasta 8 miembros de la Junta de Gobierno entre los que estaban el Mayordomo Javier Vázquez, los Secretarios, José María Salazar y Juan Salado, los Priostes Antonio Bescansa y Eduardo de la Iglesia , el Fiscal Juan Manuel Jiménez López de Lemus, el Diputado Mayor de Gobierno Rafael Bescansa y el Diputado Andrés Vega. Literalmente la mitad de la Junta de Gobierno. Ante esto Pedro Collado sigue adelante como si nada hubiese pasado, sustituyendo algunos de los puestos y denunciando a los dimisionarios por haberse llevado todos los datos informáticos. Esos datos informáticos son la excusa perfecta para no convocar las elecciones en su fecha y hacerlo un año más tarde.

A estas elecciones del año 2002 se presentan a pesar de diversos intentos por unificar las tres candidaturas. Por una parte el grupo heredero de la candidatura de Luis Chamorro Palomo encabezados por José Luis Gómez Castañeda, por otro lado el grupo dimisionario de la Junta de Gobierno mandados por José María Salazar y por último los que se mantenían en la Junta de Gobierno guiados por Pedro Collado.

La fractura en el seno de la Hermandad era mayor y lo apretado de los resultados así lo atestiguan, aunque como en el anterior proceso electoral también se produjeron históricas anomalías. Por diez votos la Candidatura ganadora resultó la de Pedro Collado. Si se hubiesen unido los votos de las dos candidaturas perdedoras, se hubiese doblado los votos de la ganadora. Fue una triste experiencia de la que salio perdedora la Hermandad.

Esta nueva Junta de Gobierno fue la que anuló el contrato con el taller de los Hermanos Caballero de un paso en caoba y plata por otro nuevo para dorar, desoyendo el acuerdo del cabildo extraordinario de fecha 23 de Febrero de 2001. Esta que fue de sus primeras decisiones daba a entender a las claras cual iba a ser su norma de conducta. Se convoca un Cabildo de Hermanos para que aceptásemos la donación de Correos y Telégrafos de un techo de palio para el paso de María Santísima de Guadalupe. Se miente en ese cabildo y en sucesivos donde se mantiene la mentira, pues al final el techo de palio fue pagado en más de un 80% por la propia Hermandad. Se descubre, también, que ha habido hermanos que han pagado piezas de candelería de plata y que la suma de ellos no hace el número de piezas realizadas, con lo que es evidente que el dinero no es destinado para ello. Aparte se solicita a un hermano de la Junta de Gobierno avance un dinero para posteriormente ir pagándosele.

Es decir, de nuevo el caos económico que además es complementado con una actitud hiriente sobre los hermanos que alzan la voz y protestan por unos desmanes en ningún caso demostrables. Los de la Junta de Gobierno o cierran filas sobre la figura del Hermano Mayor o dimiten hartos de soportar la presión o hacen apariciones esporádicas sin ningún afán por trabajar ya que quien monopoliza todos los cargos de la Junta de Gobierno es el de siempre.

La llamada oposición prepara un nuevo proceso electoral sabiendo que Pedro Collado no puede presentarse en el cargo de Hermano Mayor y encabezado en esta ocasión por Narciso Cordero. Por parte de la Junta oficialista presentan a un autentico desconocido pero antiguo hermano: Vicente Camacho.

Son numerosísimos los desmanes que se cometen durante el proceso electoral que a pesar de las presiones de muchos de los miembros de la Candidatura de Narciso Cordero no son contestados debidamente con una impugnación por miedo: al escándalo o a la posible intervención de la autoridad eclesiástica. El resultado supuso una aplastante victoria de la candidatura de Vicente Camacho.

Y se inicia un nuevo camino de la mano de un desconocido incluso para los miembros de su propia Junta de Gobierno. El Teniente Hermano Mayor Pedro Collado creyó que el cargo de Hermano Mayor iba a ser de fácil acceso para él. Lo único que tenía que hacer es derrocar a Vicente Camacho, algo en principio maquiavélico pero después de lo que hasta ahora se ha escrito nada extraño. No fue un intento, sino múltiples los que capeo el actual Hermano Mayor para no ser derribado de un puesto que para él era de servicio y que descubrió que para otros era de necesidad.

A lo largo de estos años, Vicente Camacho, en casi todo se ha encontrado sólo. En algunos casos por su manera de gestionar los asuntos, en otros porque Pedro Collado no quería que fructificasen sus propuestas. Algo increíble en una Hermandad pero posible en las Aguas. Pero a pesar de todo, el empuje y el tesón de Vicente Camacho han llevado a la consecución de muchos de los objetivos del programa electoral.

La restauración del Cristo de las Aguas y de la Virgen de Guadalupe. La aprobación de un Reglamento de Régimen Interno que no existía después de una década desde que se aprobaran las Reglas anteriores. La realización de un inventario que no existía desde hacía más de 30 años. La utilización de una Casa de Hermandad durante un año sin que haya costado un euro a las maltrechas arcas de la Hermandad. Unas estaciones de penitencia dignas y respetuosas gracias al trabajo coordinado de una serie de hermanos que han puesto todo de su parte coordinados por el Diputado Mayor de Gobierno Antonio Arrondo Se ha definido en Cabildo General que ante el tipo de Paso contratado con los Hermanos Caballero no cabía más que dorar el que teníamos. Para ello se impuso una cuota extraordinaria de 90 euros en tres años que ha mantenido asfixiada la liquidez de la Hermandad porque los impagos han sido numerosos. Pero esta situación agónica también se ha producido por una nefasta gestión económica en años anteriores que llegó a interpretar como factible el cobro de más de 30 millones de pesetas cuando ese dinero era de imposible cobro. Esta situación fue, al menos, expuesta y puesta de manifiesto en los cabildos de cuentas.

Pero en el camino han quedado la dureza de siete dimisiones: el Diputado Mayor de Gobierno Rafael Montaño, el Prioste Segundo Isaac Ortega, la Conciliaria Cuarta Maribel Sánchez, el Conciliario del Rosario Pedro Luis Muñoz, el Mayordomo Segundo Rafael García, el Diputado Primero Juan Antonio Fernández, el Diputado de Juventud Carlos Ríos. Dos fallecimientos: el Secretario Segundo Gregorio Gil y el Conciliario del Rosario José María Cruz. Y una inhabilitación: el Prioste Segundo Francisco García. Para sustituir a los cargos dimisionarios se ha recurrido a miembros de la candidatura de Narciso Cordero y al propio Fernando Trigo, en una pretensión de cerrar viejas heridas y conseguir el consenso ansiado y necesario. Pero la figura que produce la desunión en los Hermanos de las Aguas sigue con altas dosis de poder y además ha incorporado a su hijo en la difícil tarea de desunir y fracturar: Después de varios años sin Grupo Joven se consigue que cuaje y también se consigue desunirlo creándose dos facciones del mismo modo que los mayores.

Cuatro largos años van a llevar por fin a un proceso electoral limpio y transparente, donde habrá igualdad de oportunidades para todos, donde los hermanos van a enterarse de todo con pelos y señales.

Lo primero que se han enterado todos es que diferentes candidatos no han sido aceptados, entre ellos Pedro Collado, por no tener los papeles conformes a Reglas, quedando en un principio fuera de la lucha electoral. Posteriormente desde Palacio se ha permitido un periodo para subsanar esos errores, y así se ha hecho.

Lo próximo que ustedes han conocido es que Antonio Arrondo se presenta como candidato a Hermano Mayor y que enfrente va a tener, como no, a Pedro Collado después de confeccionar una candidatura en tres días (literal). No cambian las formas y algunos nombres, el resto son personas ajenas y desconocedoras de lo que se cuece realmente en la Hermandad.

Por poner un ejemplo: En esos tres días Pedro Collado contactó con un costalero el cual le contestó que no podía ir en la candidatura. Al poco, el costalero, recibe la llamada del capataz del paso el cual le indica que su progresión en la cuadrilla va relacionada a la aceptación de dicha candidatura.

Pero aquí no queda la cosa. Llega el momento de publicar las listas definitivas con las candidaturas cerradas y salta la sorpresa en uno de los candidatos de Pedro Collado. Ve su nombre como Diputado de Juventud cuando a él lo reclutaron como Diputado de Costaleros. Y lo curioso es que al finalizar la procesión del Rosario el pasado 16 de Octubre, en la puerta de la Capilla se pudo ver a Pedro Collado y a Juan Manuel Rodríguez discutiendo por esta circunstancia a la vista de todos los que estaban en la plaza.

Y por último lo ocurrido en las últimas semanas. La candidatura de Antonio Arrondo ha hecho un esfuerzo muy considerable porque sea conocido su proyecto, los miembros que conforman su grupo humano y sus ganas e ilusiones por normalizar la vida de la Hermandad llenándola de actividad y de participación de todos y cada uno de sus componentes. Ha realizado la presentación de la Candidatura en un lugar emblemático (a escasos metros del templo de San Jacinto)  con la pretensión de transmitir que la Hermandad son 260 años de historia, no solo los últimos donde se han vivido momentos poco agradables. A este acto asistieron entre 180 y 200 personas rompiendo todas las expectativas. Se ha estado a disposición de los medios de comunicación para transmitir y hacer llegar a los hermanos y a los no hermanos lo que se pretende al presentarse a las elecciones. Han sido varias las entrevistas al candidato a Hermano Mayor y diferentes las repercusiones en los diversos medios. Se ha colgado en la web http://lasaguascandidaturaantonioarrondo.blogspot.com/ todo el programa de la candidatura y el número de visitas aumenta día a día habiendo superado ya las 7.000 visitas.

Por otro lado la candidatura de Pedro Collado ha accedido, no sin alguna dificultad para los periodistas, a dos entrevistas. Únicamente ha enviado a los hermanos su programa de gobierno que está basado fundamentalmente en los principios que obligan las propias Reglas de la Hermandad de las Aguas. Ha justificado que lo hecho por la otra candidatura era porque el candidato no era conocido y tenía que darse a conocer. También se ha justificado en el hecho de no organizar un acto como el de la otra candidatura para no gastar dinero y entregárselo a una persona afectada por el paro y la crisis económica. En resumen argumenta que se presenta porque se lo han pedido unos hermanos y que lo que quieren es recuperar el espíritu y la alegría que entonces tenía la Hermandad. Siempre la mentira como modus operandi.

Tienen ahora los hermanos la oportunidad de acercarse a votar mañanadomingo 14 de noviembre por la mañana y expresar su opinión sobre lo que quieren para su Hermandad. En esta ocasión el resultado sí será, por fin, el que los hermanos  de Las Aguas quieran.










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