Arte Sacro
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El programa iconográfico pictórico del techo de palio de Ntra. Sra. de la Soledad, de la Vera+Cruz de Moguer, obra de Antonio Díaz Arnido


 Arte Sacro. El pasado 14 de enero, acogido por las centenarias naves de la Iglesia Conventual de los RR. PP. Carmelitas Descalzos  del Santo Ángel de Sevilla, vieron la luz pública, por vez primera, las 7 pinturas que componen el Programa Iconográfico del Techo de Palio de la Soledad de Moguer, realizado por el pintor sevillano Antonio Díaz Arnido, en una Exposición organizada para presentar dichos enseres procesionales.

En el mes de diciembre de 2009, la Junta de Gobierno de la Hermandad de Vera + Cruz comunica al autor su deseo de encomendarle la ejecución de las pinturas que servirán de Cielo a Nuestra Madre y Señora de la Soledad.

El Programa Iconográfico se compone de la Gloria o Medallón Central y de seis escenas de dos tamaños distintos que flanquean dicha Gloria. Estas escenas, pintadas al óleo sobre tabla se enmarcan en un elegante diseño de Pedro Palenciano Olivares del año 2006, sobre idea originaria del afamado artista Rafael Rodríguez Hernández, autor, entre otras obras, de la decoración pictórica mural de la Basílica de la Esperanza Macarena de Sevilla.

 La Gloria: Representa a Nuestra Señora de la Granada, obra escultórica de Enrique Orce(1941), y Titular Mariana de la Parroquia que sirve de Sede Canónica a la Hermandad de Vera + Cruz, amén de una de las principales devociones íntimas de esa Mariana Ciudad que es Moguer. Sobre rompimiento de gloria en el que predominan los tonos dorados y pastel, la Imagen aparece coronada de doce estrellas y con la media luna a sus pies, visión iconográfica de la Virgen Apocalíptica, flanqueada por figuras celestiales en diferentes actitudes. Así, a su derecha un ángel conversa con otro( tomado como modelo el Ángel de la Transverberación de Santa Teresa del Santo Ángel de Sevilla, obra de Francisco Romero Zafra), y señala con su mano hacia la Virgen; en el plano inferior, en un claro homenaje a Tiziano, otro ángel levanta las nubes sobre las que se apoya la Virgen y deja ver un paisaje urbano de la villa de Moguer con la Parroquia de la Granada en primer término; por último, a la izquierda se ve un ángel que mira a María, y que porta los atributos de los otros tres Titulares de la Corporación: olivo (Paz), cruz (Vera + Cruz), y sudario blanco con el JHS(Victoria). La escena es contemplada por un grupo de querubines en el plano superior.

La configuración de las escenas se plantea desde un punto de vista unitario y cronológico, de forma que cada escena es una parte y un todo en sí misma. Así, amanece en la primera y anochece en la última, como puede apreciarse en los fondos arquitectónicos y paisajísticos, en el que siempre aparece un vano por el que entra la luz. Además, puede apreciarse en las mismas la admiración por parte del autor de la pintura renacentista y barroca italiana, así como de la cultura Clásica, presentes siempre en la obra de Arnido.

 1. La Profecía del anciano Simeón (Lc. 2, 22- 35): Aparece la Virgen entregando al anciano Simeón el Niño Jesús, en presencia de la Profetisa Ana y de San José, que porta la jaula con dos tórtolas. Dicha escena se desarrolla en un marco arquitectónico imaginario que evoca el Templo de Vesta y el Arco de Septimio Severo, ambos del Foro Romano.

2. La Huida a Egipto (Mt. 2, 13- 15): José tira de la mula que lleva a la Virgen María con el Niño en brazos, en presencia de un buey (la mula y el buey identifica claramente la afición belenística del autor). Sobre fondo paisajístico se vislumbran las Pirámides de Egipto a lo lejos.

3. Jesús Perdido y hallado en el Templo (Lc. 2, 41- 50): aparece Jesús discutiendo algunos aspectos con cuatro de los Doctores de la Ley Judía en el Templo de Jerusalem, con las figuras de María y José al fondo. La composición se toma de una pintura mural del interior de la Iglesia de los Servitas de la Santissima Annunziata de Florencia, en un claro homenaje a Andrea del Sarto, Jacopo Pontormo y Rosso Fiorentino, los grandes pintores florentinos del Cinquecento, y que formaban el llamado Grupo de la Annunziata, por ser esta Iglesia donde comenzaron a colaborar entre ellos. El paisaje del fondo del vano es, de nuevo, el Foro Romano y el Coliseo, como si la escena tuviera lugar, en un ejercicio libre de imaginación, en el Capitolio de Roma.

 4. María encuentra a Jesús cargado con la Cruz (Vía Crucis, 4ª Estación): es la escena más dramática de todas, y como tal presenta un tratamiento más realista, con una marcada estética cinematográfica, evocando las grandes producciones bíblicas de los años cincuenta (Ben Hur, Los Diez Mandamientos, etc.) y de la película La Pasión, de Mel Gibson. Cristo porta la Cruz, la Vera Cruz, en presencia de su afligida Madre, con romanos ataviados con exhaustivo rigor historicista y una multitud que insulta y que grita a Nuestro Señor.

5. María recibe a Jesús bajado de la Cruz (Mc.15, 42- 46): Aparece la Virgen con el Cuerpo de su Hijo en su regazo, ya Muerto. La escena se desarrolla en un paisaje de corte neoclásico, y la composición tiene claras reminiscencias de la pintura de los Carracci. Al fondo, las tres cruces vacías.

6. La Sepultura de Jesús (Jn. 19, 38- 42): La realización de estas pinturas coincidió en el tiempo con la restauración por parte de Arnido del Grupo Escultórico de Santa Ana y la Virgen Niña, obra atribuida al escultor barroco sevillano Pedro Roldán; es por ello que el propio Roldán fue estudiado en esos meses por el pintor, que lo toma como modelo claramente en esta escena: una recreación totalmente pictórica del Entierro de Cristo, que preside el Retablo Mayor de la Iglesia del Hospital de la Santa Caridad, obra cumbre del Barroco Andaluz. Con una salvedad: la Virgen María, al fondo, en otro ejercicio libre de imaginación(esa es la magia de la Pintura) es María Santísima de las Aguas, obra de Cristóbal Ramos y Titular de la sevillana Hermandad del Museo, por la que Arnido siente especial predileción, amén de ser una de las más importantes obras de la Imaginería sevillana. Completan la escena (que se desarrolla en la oquedad del Sepulcro) José de Arimatea y Nicodemo - que portan el Cuerpo inerte de Jesús-, María de Salomé, María de Cleofás y Santa María Magdalena que se lamentan por la muerte de Nuestro Señor.

 En definitiva, un Proyecto ilusionante y atractivo, un encargo importante a un joven artista, un Proyecto ambicioso, por parte de una Hermandad Grande y una Junta de Gobierno, con su Hermano Mayor, Pedro Soto, al frente, que han luchado y luchan por conseguir rematar uno de sus Proyectos más bonitos, en el que son novedad para este 2011 las pinturas que servirán para siempre de Cielo para su Madre: la culminación de su portentoso Paso de Palio, el mejor Trono para su Reina, NUESTRA MADRE Y SEÑORA DE LA SOLEDAD.

 

 

 

 

 

 










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