El Sagrario acoge la Cruz de la Juventud

Han hecho un regalo, uno de los más importantes de nuestra vida, del que sólo podremos disfrutar unos instantes, aquí, en casa. El santo padre Juan Pablo II hace 25 años nos legó a nosotros, los jóvenes, una austera y sencilla cruz de madera y nos dijo: “¡La Cruz de Cristo! Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad y anunciad a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención”.

En estos veinticinco años, esta Cruz ha visitado los lugares más recónditos de la Tierra, consiguió entrar en los países de la Europa comunista para terminar pasando por la Puerta de Brandenburgo, una vez caído el muro de Berlín; Fue llevada desde Montreal a Toronto a pie, en un trayecto que duró 43 días, visitó la Zona Cero de Manhattan tras el atentado de las Torres Gemelas, sin dejar por ello de hacerse presente en los países más pobres en Africa y Asia presidió en el año 2000 el memorable Vía Crucis de Juan Pablo II en el Coliseo romano, así como también fue transportada en trineo por los esquimales del Canadá…

Es más que una Cruz, es más que un Icono... Son Jesús y María hechos experiencia de vida, haciendo presencia en la juventud; Jesucristo y su Santísima Madre.

Es esa Cruz, por la que han pasado millones de jóvenes de todo el mundo, esa que ha visto el sol de París, el atardecer de Manila o la lluvia selvática de centro América, no es otra, no es una réplica ni una imitación, sobre ella ha llorado, reído, suplicado y postrado la humanidad, el domingo la tendremos con nosotros, en el Sagrario, en nuestra casa.

¡¿TE LO VAS A PERDER?!