Provincia. Sagrario de Paz. Moisés Viretti

Te presentan ante nosotros con miedo, con tristeza, con odio, …y tu, con la pena que te inunda ante aquellos que no saben lo que hacen, nos muestras la Gracia y Esperanza de un cielo eterno lleno de Gloria. Miras al cielo, y tu mismo te confirmas en las Sagradas Escrituras…’’esto, tenía que suceder’’; la brisa del mediodía ya no acaricia tu cabellera, la hora de las tinieblas está en pleno auge , y un pueblo que años mas tarde pedirán perdón por condenarte, se hecha a la calle para librar a otro hombre.

Eres paz en tus carnes maltratadas, eres paz en las heridas de tu espalda, eres paz para corazones inquietos y llenos de odio; el dolor te hace llorar, sin embargo, en tus adentros sonríes, por que he aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo;  tus lágrimas nunca tocaran la tierra, por que estas han nacido del alma del Espíritu Santo, por la Gloria y promesa del Altísimo a los profetas.

Cielo y tierra pasaran, pero tus hechos jamás se olvidarán, tu sangre bendita es derramada, y de tus sienes, espinas se convierten en guirnaldas. El aire no parece existir, tu cuerpo apenas puede ponerse en pié, pero tus fuerzas de cumplir la voluntad del Rey del universo sobrepasan el más allá de un limite extremo; vuelves a suspirar y a mirar a los cielos, y mientras el pueblo sigue discutiendo con Pilatos tu susurras, ‘’Padre, que pase pronto este cáliz’’. Hormigueos de dolor sientes en tus manos al tenerlas atadas, y una cara dañada por culpa de las bofetadas por no creer tu palabra.

Apenas puedo divisar tu paso en la tarde del Martes Santo, ya te diriges a tu morada, a ese Sagrario de Amor que reparte Paz por Coria del Río…

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Foto: Israel Viretti