Palma y Triunfo en el Buen Fin
ArteSacro. De la Iglesia de San Antonio de Padua, la tarde se ennoblece aunque todavía perdura grisácea. La Hermandad del Buen Fin saca a Sevilla sus Titulares. El Cristo del Buen Fin, llega Crucificado en la Cruz de su muerte. Su paso destaca en su dorado enlucido. Su rostro presenta la serenidad apacible, en contraste con el martirio y tortura en la soledad del Crucificado. Su guedeja que sale de su Corona de Espina descansa sobre su hombro. En su anatomía queda impreso el dolor contenido de su Calvario. Su Madre, La Virgen de Palma llega dolorosa y compungida ante la muerte de Jesús, y ofrece el signo de victoria ante el triunfo de la Resurrección de Cristo y llena de vida al sacrificio Cristiano.
Monte de rojo carmín
Lleva el madero en el alma,
Es candelabro y jazmín
Con el Cristo del Buen Fin
Y la Virgen de la Palma
Fotos: Francisco de Borja Cordero Murillo