Opinión. El espejo del Consejo. Carlos Cabrera Díaz

La crisis desatada en el Consejo General de Hermandades y cofradías con la dimisión de su presidente es la crónica de una muerte anunciada. En las puertas de aprobar unos nuevos estatutos que vertebraran mejor las funciones de un órgano que al fin y al cabo no es más que el reflejo de nuestras hermandades y cofradías y por ende de todos los cofrades.

Me suena ridículo que en las hermandades cause sorpresa y vergüenza este espectáculo dantesco de un órgano que no es más que espejo de lo que se cuece en nuestras propias casas de hermandad. Al Consejo de Hermandades le ha llegado el turno de igualarse a la dantesca y vergonzante imagen de nuestras hermandades en cuanto a lealtad, seriedad y rectitud que se les debe suponer. Las hermandades han disminuido el nivel de sus dirigentes a niveles alarmantes desde la de uno mismo a la de cualquiera pasando por cada una de ellas y solo tienen que echar la mirada atrás y recordar a anteriores oficiales y mirar ahora a las mesas de junta.

Las hermandades se pueblan o de iluminados, o de aprovechados o de listos. Unos que en muchas ocasiones han aprendido que los pasos no llevan ruedas hace un par de días y otros, sin término medio, que parece que estuvieron inventando la Semana Santa en la Cruz del Campo.

Se habla de derechos y derechos pero casi todos han olvidado las obligaciones. Normal que la gente de la ciudad cada vez huya más de esta farsa y se cobije en su imagen los menos y nos ataquen a los cofrades los más.

Adolfo Arenas y su consejo no están por debajo de la media del nivel que representan nuestros oficiales en nuestras hermandades y la imagen que dan no es peor que las que dan nuestras hermandades en esas vergonzantes elecciones, en esos cabildos, en esas salidas a la calle o en su actividad interna. Alguno podrá decir…..”pero la Caridad es mayúscula”….oigan, ya cansan con eso, la Caridad es consecuencia y fondo de un grupo de fieles, no la justificación a su escasa preparación a su escaso nivel y a su poca hermandad.

Torpedear ahora a un Consejo de Hermandades dentro del nivelito actual desde hermandades cuya imagen es bastante peor internamente y cuyas consecuencias son precisamente estas es injusto y bajuno.

Los cofrades obviamente también somos la imagen de estas hermandades y de estos dirigentes y mucha culpa tenemos, porque al fin y al cabo es de donde salen los dirigentes y en la juventud desde luego no se están dando ningunos pasos para cambiar este rumbo decadente, casposo y zafio de unas hermandades cada vez a peor.

No me quiero olvidar tampoco de los que se sonrojan desde Palacio lavándose las manos de una basura que les llega a ellos también hasta los codos ni de los compañeros de la prensa que escupen sobre el enfermo.

Siento ser tan pesimista, pero quiero ser justo con un Consejo al que cuando critiquen desde cualquier sitio sepan que no son más que el espejo donde deben mirarse las hermandades y los cofrades y ver al cadáver en que nos estamos convirtiendo.

charliecd85@hotmail.com

Foto: Francisco Santiago