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Provincia. Alcalá de Guadaira y Pineda Calderón


 Eduardo Fdez. López. Alcalá, la del Guadaira, la panadera, la que inaugura los Alcores sevillanos y la que guarda entre sus calles los sonidos de un martillo y una gubia, la que vio nacer y morir a un escultor del siglo XX, de apellidos Pineda Calderón y de nombre Manolo.

O como también fue conocido, el Castillo Lastrucci de la provincia, Manuel Pineda Calderón fue un escultor conocido por el gran numero de obras salidas de su taller de esta localidad, todas ellas religiosas y repartidas por medio centenar de lugares de toda la geografía española.

Fue junto al propio Lastrucci el imaginero que más obras realizó al verse ambos beneficiados al realizar gran parte de su obra en los duros años de la Posguerra, donde tantas imágenes fueron destruidas. Tanto imágenes como retablos de muchos templos que se perdieron durante los convulsos años de la Guerra Civil.

Si entramos estos días en la parroquia de San Sebastián de Alcalá de Guadaira podemos admirar entre sus muros numerosas obras de este imaginero, a las hermandades del Cautivo, Amargura y Dulce Nombre su suma durante estos días la Hermandad del Santo Entierro, curiosamente todos los titulares de estas cuatro hermandades salieron de su taller, con la salvedad del Cristo del Amor, crucificado al que también le dio su sello.

Los cultos de la Hdad. del Santo Entierro permite ver en el Altar Mayor del templo todas las imágenes de esta cofradía representando el misterio de la Sagrada Mortaja, misterio enmarcado entre pinturas del mismo Pineda Calderón.

Como también lo son las dolorosas de la Esperanza y Dolores junto al Cautivo y la Virgen de la Amargura y San Juan, o la Virgen del Dulce Nombre, su gran devoción y que guarda esa historia tan conocida en Alcalá en conjunto con la patrona la Virgen del Águila, además de la incógnita de saber si hay una tercera imagen forma parte ya de esas leyendas que guardan pueblos y ciudades y que ya sería hasta feo poder resolver.

 El retablo de la capilla Sacramental, las pinturas de la capilla del Dulce Nombre, el Sagrado Corazón, podríamos decir que le faltó levantar los pilares de este templo que tan marcada tiene la huella de este escultor del siglo XX y al que siempre le quedará allá donde este esa espina clavada de no poder tener ninguna obra en Sevilla.

Quizás sea este el motivo por el que fue y será por siempre el escultor de Alcalá y de la provincia sevillana.

Ademas de otras obras en Alcalá fuera de este templo, localidades como Arahal, Morón, Cazalla, Constantina, Dos Hermanas, Sanlúcar de Barrameda y si nos vamos alejando forman todas un largo etcétera de pueblos y ciudades hasta llegar a Barakaldo o Burgos.

Sus restos reposan en la capilla de la Virgen del Dulce Nombre, imagen y capilla realizada en su totalidad por el y donde descansa desde que en 2002 sus restos fueran trasladados desde el cementerio de San Mateo.

Que mejor sitio para que repose para siempre el escultor que tanto le dio a esta parroquia y a este pueblo que aun le queda mucho por reconocerle, Manuel Pineda Calderón, Hijo Predilecto de Alcalá a titulo póstumo y cuya muerte le cogió por sorpresa casi tallando un 30 de diciembre de 1974.

39 años después y por muchos años, Alcalá, la del Guadaira, la panadera y la que inaugura los Alcores seguirá siendo por siempre la de Manuel Pineda Calderón.

Fotos: Eduardo Fdez. López.










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