Sacra Híspalis. Barro vidriado: la cerámica. Tierra, agua y pigmentos, según Triana

Arte Sacro. En la tarde del 28 de Junio de 2013, comenzamos un nuevo itinerario con Triana como escenario y alto tan trianero como la cerámica como tema central.

El punto de partida en esta ocasión fue la capilla de la Estrella, que inicia la celebración del 50 aniversario de la construcción de la casa hermandad, donde somos recibidos por su Hermano Mayor, Manuel Domínguez del Barco.

La Hermandad de la Estrella se funda en 1560 en una capilla franciscana en Triana por capitanes de barcos que partían hacia Flandes. Las reglas de la hermandad fueron protocolizadas el 1 de septiembre de 1566 y aprobadas por Felipe II el 24 de diciembre de ese mismo año.

En 1570 los franciscanos le ceden a la hermandad un terreno junto a su iglesia para construir una capilla donde rendir culto a las sagradas imágenes.

En el año de 1600, la hermandad de Nuestra Señora de la Estrella se une a la de San Francisco de Paula. En 1644 Diego de Granado y Mosquera funda en una capilla de un hospital de Triana la hermandad de las Penas de Cristo Nuestro Señor, Triunfo de la Cruz y Amparo de María Santísima. Los hermanos de las Penas, en cabildo general celebrado el 17 de junio de 1674, acordaron su unión con los de la Estrella que la aceptaron en el cabildo del 21 de junio de ese mismo año. Así, el 15 de julio de 1674, las hermandades se fusionan oficialmente y se acuerda la escritura de nuevas reglas. La hermandad resultante se titularía: Nuestra Señora de la Estrella, Santo Cristo de las Penas, Triunfo del Santo Lignum Crucis y San Francisco de Paula, hermandad que se estableció en la capilla de los Mínimos y que hacía estación de penitencia a la real parroquia de Santa Ana con tres pasos: el del Señor de las Penas, el de María Santísima de la Estrella y el paso alegórico del Triunfo de la Cruz.

En 1809 los franceses expulsan del convento de la Victoria a los hermanos y destruyeron parte del convento. La cofradía tuvo que trasladar a sus titulares a otra capilla de la misma iglesia.

 

Desgraciadamente, en 1835,  la hermandad casi llega a la extinción por la desamortización de Mendizábal y tuvo de trasladarse al convento de San Jacinto, que consigue recuperar sus cultos en septiembre de 1851 y la solemne procesión de las patronas, así como el quinario al Cristo de las Penas. Después de este bache, y por culpa de la de la revolución de 1868, el destronamiento de Isabel II, el reinado de Amadeo I y la instauración de la Primera República, se produce una disminución considerable de la actividad de los cofrades de la hermandad.

Una vez reparado el templo de San Jacinto y abierto de nuevo al culto el 2 de junio de 1878, se logra resurgir la antigua devoción a los titulares, por lo que se procedió a la redacción de unas nuevas reglas, que fueron  aprobadas el 21 de febrero de 1891 por el arzobispo de Sevilla, Benedicto Sanz y Forés, e inscritas en el registro de asociaciones del Gobierno Civil. Desde estas fechas, la cofradía continuó realizando su estación de penitencia desde el convento de San Jacinto en la tarde del Domingo de Ramos, siendo la única que la efectuara en 1932, el Jueves Santo, sufriendo varios atentados en su recorrido, donde se ganó el sobrenombre de La Valiente.

 

El 10 de octubre de 1966, el convento de San Jacinto es erigido en parroquia, y por decreto del arzobispado de ese mismo año la hermandad adquiere el carácter de sacramental de la nueva parroquia. En este templo estuvo la Hermandad hasta 1976, regentado por los Padres Dominicos, en cuya puerta principal hay un azulejo en honor a Ntra. Sra. de la Estrella. 

En ese año, y debido principalmente a las dificultades de espacio, la Hermandad salió por última vez de San Jacinto para entrar en su nueva sede, que hasta ese momento había sido casa - hermandad, situada en la calle San Jacinto 41 (calle Ancha para los trianeros de antaño), y con las dependencias anexas con entrada por lo que era la calle Juan Romero, la actual calle Jesús de las Penas, lo que supuso un nuevo hito en la historia de la Hermandad.

La nueva sede nació en Octubre de 1962, con la adquisición de un solar en la calle San Jacinto número 41, en la que el arquitecto Alfonso Gómez de la Lastra debía desarrollar un proyecto de casa de Hermandad que llevó a cabo el arquitecto Antonio Delgado Roig, y los altares son obra de Antonio Martín.

La capilla fue bendecida por el cardenal Bueno Monreal el sábado de pasión de 1976, y al día siguiente, Domingo de Ramos, la Hermandad salió por última vez de San Jacinto para entrar en su nueva sede.

Se hicieron reformas y ampliaciones de la misma en 1982 y 1988.La capilla aprovecha al máximo las difíciles geometrías del típico solar entre medianeras de un entramado urbano tradicional. Así, los recovecos son aprovechados para integrar altares. Consta, además, de coro y sacristía, así como un acceso a las dependencias de la Hermandad en las zonas altas de la misma, mediante escalera interior adornado con ricos azulejos trianeros.

En el año 2010 celebró el 450º aniversario de su fundación (1560-2010) con un amplio programa de actos y cultos que comprendían desde la elección de un logotipo conmemorativo (a través de un concurso abierto que se falló a favor de un proyecto portugués) hasta la celebración de cultos extraordinarios pasando por exposiciones, conferencias, conciertos o encuentros, y culminando con la solemne misa estacional y posterior salida extraordinaria bajo palio de la Virgen de la Estrella por las calles de Triana el 12 de junio de 2010.

Manuel Domínguez del Barco nos acompañó por el interior de la capilla, desde donde pudimos acceder a la casa hermandad, donde pudimos contemplar los magníficos azulejos trianeros y lo bien aprovechado que está el espacio para dar cabida a los enseres de la hermandad.

  

Acabada la visita a tan señera Hermandad, nos dirigimos a la parroquia de la O, donde pudimos contemplar el retablo cerámico más antiguo que hay en Sevilla, donde apreciamos la imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno.

La Hermandad de Gloria de Ntra. Sra. de la O y Santa Brígida tenían sus cultos en el hospital de Santa Brígida, Justa y Rufina, en la calle Castilla. Posteriormente, se convierte en hermandad de sangre, o de penitencia. Se aprueban sus reglas el día 3 de agosto de 1566, haciendo estación de penitencia a la parroquia de Santa Ana en la tarde del Jueves Santo.

 

En el solar del hospital se construyó el actual templo en 1702. En la madrugada del Viernes Santo de 1830 hace su estación penitencial hasta la Catedral, siendo la primera hermandad de Triana que cruza el rio Guadalquivir sobre el puente de barcas. También sacaba en procesión un Resucitado en la mañana del Domingo de Resurrección. En el año 2007 la Virgen fue coronada canónicamente por el Cardenal Amigo en la plaza del Altozano, en su barrio de Triana.

 

La imagen de Jesús es tallada por Pedro Roldán en 1685, siendo restaurada en 1937 y en 1993. La imagen de la Virgen fue realizada por Castillo Lastrucci en 1937, sustituyendo a la anterior, que fue destruida en los sucesos acaecidos durante la Guerra Civil. La anterior Dolorosa se encuentra, una vez restaurada, en la sala capitular de la Hermandad.

 

En el interior de la parroquia comenzamos nuestro recorrido en el retablo mayor de María Santísima de la O, de estilo barroco fechado en 1630, que preside la imagen titular de la Hermandad, obra de Castillo Lastrucci (1937) y flanqueado por Santa Brígida y Santa Bárbara. 

Pasamos a la capilla de ábside, situada en la nave de la epístola, donde se encuentra el grupo escultórico formado por San Joaquín, Santa Ana y la Virgen Niña, atribuido a Pedro Roldán (1670) sobre altar de azulejos trianeros.

Accedimos a la capilla sacramental de la epístola, decorado por azulejos obra de García Montalbán, donde se encuentra en su hornacina la imagen de Jesús Nazareno, titular de la hermandad, obra de Pedro Roldán (1685) y restaurado posteriormente por Castillo Lastrucci (1937).

En la parroquia se encuentra el retablo de La Virgen del Buen Consejo, situada en la capilla del ábside de la nave del evangelio, presidido por la imagen titular obra de Pedro Duque Cornejo (1730) y flanqueada por esculturas de San José y San Miguel, atribuidas a La Roldana. También encontramos el retablo del Simpecado del Carmen, de estilo barroco, presidido por la imagen titular acompañada por lienzos de las Animas del Purgatorio, Santa Teresa y San Simón, obras estas últimas de Juan Antonio Rodríguez.

Mención especial a la valiosa Cruz Carey con cantoneras de plata y la pintura de Ntra. Señora de Guadalupe de México que se encuentra en un retablo de azulejos de gran belleza.

Posteriormente accedimos a la sala capitular de la Hermandad donde pudimos contemplar la belleza de la antigua titular de la Hermandad, ya restaurada.

Para terminar la visita visitamos el taller de artesanía cerámica Rocío Triana, que cuenta con el artesano Rafael Muñiz y Dolores Gómez.

Rafael Muñiz nos recibió en el taller y nos explicó las diferentes técnicas empleadas en la cerámica trianera para la creación de retablos cerámicos. Pudimos ver al maestro realizando el estarcido de la imagen de una Virgen, al mismo tiempo que nos explicaba la diferentes técnicas empleadas en la realización de azulejos y cacharrería de cerámica.

Nos habló de la importancia de Niculoso Pisano,  que revolucionó la técnica de decoración, pues el secreto de su innovación artística fue disponer los azulejos lisos sin decorar en un panel, plasmando sobre ellos la escena de la temática que se le encargara como si se tratara de un cuadro, no quedando más que introducir las piezas en el horno para vitrificar.

El taller de Cerámica Rocío-Triana se encuentra en la calle Antillano Campos, 8 de Sevilla y lo pueden visitar de 10:30 a 14:30 por las mañanas y de 18:00 a 21:30 por las tardes.

Gracias a Rafael Muñiz por su atención y explicaciones, por darnos a conocer los secretos de la cerámica trianera.

Muchas gracias Irene por sus explicaciones.

Fotos: Fco Javier Montiel