El día en el que el Arrabal de Los Humeros se hace Rosario

Francisco Santiago. Como cada 12 de octubre, el barrio de Los Humeros se viste de gala para acompañar a su Madre del Rosario hasta Santa Rosalía en Rosario de la Aurora.

Tras la misa compartida con las Hermanas Capuchinas, el paisaje se vuelve sepia, emulando tiempos robados al siglo XVIII con la procesión casi mística de la Virgen de regreso a su Capilla.

No falta de nada, la Cruz Parroquial que recuerda cual reliquia el hallazgo en los muros del barrio del Cristo Yacente. Los faroles emulando a los de antaño, el magno Simpecado, la luz portada por hermanos y hermanas…

Todo se hace devoción en esta Hermandad que visita anualmente San Vicente, rindiendo mutuamente pleitesía entre las hermandades que cohabitan en la parroquia convirtiendo el momento en ofrenda floral.

Y a pesar de todo (¿verdad Marcelino?) ahí están todos los hermanos acompañando a su Titular, unos desde el propio Cortejo, otros desde fuera y todos, al unísono con su medalla.

Son tiempos difíciles, pero a los sones de la música de Cigarreras, la Virgen va bendiciéndonos a todos, compartiendo las cuentas de nuestro particular rosario, diciéndonos “Aguantad hijos, que yo vuelvo a mi Capilla para seguir escuchando”… Y que así sea por muchos años.

Fotos: Francisco Santiago