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El Puerto de Santa María cerró el Año de la Fe con un magno besapies


Eduardo Fdez. López. Si hay una localidad andaluza que haya celebrado el Año de la fe dándole protagonismo del mismo a las Hermandades y Cofradías esa ha sido la gaditana de El Puerto de Santa María.

El pasado año y con motivo de la festividad de la Inmaculada el Consejo de Hermandades y Cofradías organizó un besamanos magno en el que todas las imágenes marianas estuvieron expuestas en besamanos.

En agosto del presente año la patrona, Ntra. Sra. de los Milagros presidió una Eucaristía en la Plaza Isaac Peral, en su paso y acompañada de otras siete imágenes de la Virgen gloriosas y dolorosas que procesionaron aquella tarde veraniega de manera extraordinaria.

Ya en la presentación del acto el presidente del Consejo avanzó que para finalizar el Año de la Fe y coincidiendo con la festividad de Cristo Rey del Universo serían las imágenes cristíferas de la localidad las que cobrarían protagonismo de una manera singular.

Y así lo fue, el pasado domingo todos los Cristos de las Hermandades y Cofradías de El Puerto exceptuando a Jesús Nazareno por encontrarse en restauración, el Sagrado Corazón, una dolorosa y algunas imágenes de culto interno estuvieron expuestos en una ceremonia conjunta de besamanos o besapies.

Fue una oportunidad única para conocer toda la Semana Santa portuense así como contemplar a imágenes que rara vez bajan de su altar o reciben algún culto, así como el templo o convento en el que se encuentran, como los casos del Cristo de las Misericordias en el Espíritu Santo, el Cautivo de San Francisco o el venerado Cristo del Amor.

Esta última advocación es la de un Cristo desgarrado, un crucificado que visitaba cada año a los presos y con pronunciadas llagas cuyo dramatismo surgió a raiz de un sueño del siglo XVIII, el del primer capellán de las hermanas capuchinas portuenses, Ambrosio Álvarez de Villaruello que según cuenta la leyenda en sueños, percibió un desgarrado y torturado Cristo, más allá de sus sorprendentes visiones, el presbítero quiso que se plasmara de forma plástica aquella imagen, para ello pidió a un artista que se hospedaba en un convento que tallara lo que con anterioridad visionó y que dió origen a la portentosa imagen.

La figura de Cristo fue la protagonista de la fiesta de Cristo Rey en la localidad portuense para cerrar un año centrado en la fe y que tanto ha dado que hablar, con esta galería este portal cierra también las crónicas de este Año de la Fe y cuyos acontecimientos importantes podrán volver a recordar en los próximos días.

 

 

 

 

 

Fotos: Eduardo Fdez. López.










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