Provincia. Hoy Festividad de Santa Clara en Alcalá de Guadaíra

Arte Sacro. Hoy lunes, 11 de agosto, a las 9:30 horas se celebra la Festividad de Santa Clara, con una Solemne Eucaristía en el Convento de Las Clarisas de Alcalá de Guadaíra. Previamente se ha celebrado un Triduo, preparatorio de la Solemnidad a esta Santa que continúa viva en cada una de las hermanas Clarisas que viven en el Convento entregadas a Dios, guardando el Evangelio del Señor, sin propiedades y viviendo en pobreza y castidad. No hay amor más puro que el de las Clarisas a Jesús Sacramentado. Acompañemos a las Hermanas en este día tan importante.

Creo que gran parte de lo que se puede decir sobre Santa Clara y sobre las Hermanas Clarisas, queda recogido en estas palabras que a continuación detallo, que escribí en junio de 2012 a Sor Margarita, en aquel tiempo Madre Abadesa 

Oh Santa Clara, hija de Favorino y Hortolana

 

virgen, pobre, humilde y pura, a Dios entregada.

 

Una voz celestial te anunció al nacer como Luz Clara,

 

de caridad, penitencia y piedad, sirves de ejemplo,

 

y tienes como baluarte defensivo al Santísimo Sacramento.

 

 

 

Con tu cuerpo, por la senectud y la enfermedad, dolorido y cansado,

 

hiciste frente a las hordas sarracenas que despavoridas huyeron

 

al verte a ti y tus Hermanas Clarisas orar ante Jesús Sacramentado,

 

los antes descreídos y osados, en el poder de Dios creyeron. 

Huyeron ante tu fe en el misterio de la presencia de Cristo en el Pan y el Vino. Huyeron ante la luz Clara que irradiabas, desde la bondad de tus obras, desde tus convicciones inquebrantables, desde tu inmenso amor a Dios, desde el reducto del cenobio libremente decidido por todas las que  formáis  la Orden de Señoras Pobres de Santa Clara, renunciando al mundo y a los bienes de la tierra, para servir al Señor en pobreza voluntaria.

Para descubrir a Clara, basta leer la Bula de Canonización de la Santa:

Brilla clara en el cielo con claridad de insigne gloria y con esplendor y sublimes milagros en la tierra. Fue diplomada aquí con el privilegio de la máxima pobreza; en el cielo la recompensan con abundancia de inestimables riquezas y los fieles católicos le rinden el más alto honor, con devoción cumplida.

Clara, claro espejo de conducta, delicado lirio de la virginidad. Cuanto más es el amor y la atención con que se estudia esta claridad en los hechos concretos, tanto más luminosa la descubrimos en cada uno.

Brilló en vida y resplandece radiante tras la muerte. Se recluía en el estrecho cenobio y se difundía por todo el mundo. Se recogía dentro y se extendía fuera. Atravesó este mundo frágil e impuro por un sendero de pureza. Precioso tesoro de su virginidad con intacto pudor, obras de caridad y de piedad. 

Ocho siglos después de la consagración de Santa Clara, ésta vive en nuestros corazones. La Santa sigue viva en la tierra, en las Hermanas Clarisas de todo el orbe, que mantenéis intactas sus virtudes y predicáis con vuestro ejemplo, con vuestra vida silenciosa, casi desapercibida, que pasa voluntariamente en la clausura de los muros del convento, consagradas a Dios,  manteniendo la Eucaristía como seña de identidad.

Pienso en los avatares, necesidades e imponderables a los que la Comunidad de Hermanas Clarisas habéis tenido que enfrentaros desde 1597 en esta ciudad del Guadaíra. Y cómo vuestro amor a Dios todo lo pudo, cómo habéis hecho frente a todas las vicisitudes y como mantenéis inmaculada la herencia recibida de Santa Clara.

Soy consciente de que no hubiera sido posible sin la impronta, dedicación abnegada, entrega sin límites, de quienes han ostentado el báculo abacial, las Madres Abadesas, que como madres han actuado.

A todas ellas mi profunda gratitud, especialmente a mi querida Madre Abadesa, Sor Margarita, a quien he tenido la suerte y el honor de conocer.

Texto y Foto: Paco Burgos