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Los obispos piden que los padres hablen a sus hijos de Jesucristo


Arte Sacro. Los obispos de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida han hecho público su mensaje para el Día de la Familia y la Vida, que la Iglesia celebra el 30 de diciembre. El mensaje recuerda el valor sagrado de la vida humana, desde el principio hasta el fin; la responsabilidad de los padres en la educación cristiana y anima a todos a participar en el V Encuentro Mundial de las Familias, que se celebrará en Valencia del 4 al 9 de julio, que la Iglesia en España va a preparar durante este curso.

El lema del Encuentro será, precisamente “La transmisión de la fe en la familia” que fue propuesto por Juan Pablo II. Este lema señala el camino para este tiempo de preparación, y por ello es también el lema de la “Jornada de Familia y Vida” de este año.

Los obispos señalan que "en este nuevo milenio la Iglesia está empeñada en la tarea de la nueva evangelización, en la transmisión de la fe a las nuevas generaciones. «La transmisión de la fe en la familia requiere la atención de la comunidad eclesial en modo relevante y urgente. En efecto, la Iglesia se confronta con sociedades cada vez más secularizadas y complejas, ya no estructuradas sobre los valores religiosos sino, más bien, marcadas, especialmente en algunas naciones, por un notable indiferentismo». Estas palabras de Juan Pablo II nos recuerdan la importancia y urgencia de esta tarea".

También destacan en el mensaje que "los padres son los primeros educadores y evangelizadores de los hijos. Por ello, en virtud del sacramento del matrimonio están llamados a ser los primeros responsables de la transmisión de la fe a sus hijos".

La vida es sagrada

Partiendo de que El nacimiento de Jesús en Belén es la gran noticia, llaman la atención también en que "el nacimiento de un niño es siempre motivo de alegría. El esfuerzo de la medicina y de la ciencia debe estar siempre al servicio de la vida. Por eso es motivo de esperanza los avances médicos que permiten una atención cada vez más eficaz a toda vida humana. Por otra parte, es la misma ciencia la que nos confirma que desde el momento de la concepción tenemos un nuevo ser humano, así como que la aplicación de las células madre procedentes de adulto son eficaces y no suponen la destrucción de una vida embrionaria...".

En este sentido llaman a la responsabilidad a las familias cristianas. "La Luz de Cristo brilla en la Noche Santa de Navidad, y llena de luz y esperanza nuestros hogares y familias. Por ello, las familias cristianas hacen oír su voz en nuestra sociedad, ya con su testimonio personal, ya mediante asociaciones y plataformas a través de las cuales promueven los valores del matrimonio y de la familia. De este modo la familia muestra su vitalidad, y con la alegría propia de la vida familiar recuerda a la sociedad que la familia sí importa. Los Obispos, como no podía ser de otro modo, apoyamos esta iniciativa de las familias cristianas y nos unimos a ellas en la defensa de su identidad".

La renovación de la Pastoral Familiar, los frutos de la aplicación del Directorio de Pastoral Familiar, el esfuerzo por la formación de los agentes de pastoral familiar, la vitalidad creciente de los movimientos y asociaciones familiares "son también un claro signo de esperanza en nuestra Iglesia", subrayan.

Aunque también ven sombras que planean en la familia, aunque ofrecen su mensaje esperanzador: "La luz de Cristo se encuentra con la oposición de las tinieblas. En efecto, vivimos un momento en que se extiende, una cultura que oscurece datos antropológicos fundamentales, disuelve la identidad de la familia y desprecia cada vez más la vida humana más débil, como la del enfermo irrecuperable o la de los embriones".

"El llanto de las madres de Belén por la matanza de sus hijos inocentes sigue sonando hoy de muchas maneras: guerras, aborto, violencia, pobreza… En efecto, se extienden prácticas contrarias a la vida, como la experimentación con embriones, la destrucción de estas vidas embrionarias para obtener células madre, e incluso la propuesta desde alguna Comunidad Autónoma de comenzar la práctica de la clonación humana.También constituyen una siniestra sombra la extensión de “la píldora del día después”, la Ley de Reproducción Asistida que prepara el Gobierno, la creciente presencia del tema de la eutanasia en los medios de comunicación o la perspectiva de una ampliación de la despenalización del aborto".

Políticas familiares

Asimismo subrayan la necesidad de políticas que ayuden al entorno familiar. "Es una culpable omisión el no desarrollar políticas que ayuden eficazmente a la familia en necesidades como la vivienda, la conciliación entre trabajo y familia o la educación. Más aún, no sólo falta el justo apoyo a la familia, sino que se la ataca con medidas antifamiliares como la reforma del Código Civil, que elimina las referencias al padre y a la madre, al esposo y la esposa para equiparar las uniones de personas del mismo sexo con el matrimonio, o el llamado “divorcio express”, que introduce la figura del repudio en nuestra legislación. Por otro lado, se está preparando una Ley de Género con la que se quiere anular el significado antropológico de la diferencia sexual e imponer la “teoría del género”, contraria a la verdadera naturaleza del hombre".

Afirman que esta situación, con sus luces y sombras, "influye fuertemente en el proceso de la transmisión de la fe. Cuando la verdad del hombre se oscurece, la fe aparece como un enemigo. Cuando la verdad del hombre brilla –como ocurre en los santos– la fe se muestra como la luz definitiva sobre el hombre".

Por todo ello piden que "en estos días de Navidad, contemplando a Jesús en Belén, recordamos que el misterio del hombre sólo se esclarece a la luz del Verbo encarnado (GS 24). Esa luz tiene que ayudarnos a descubrir el corazón del hombre, su deseo de amor y felicidad, que sólo en Dios tienen su cumplimiento definitivo. Por eso Jesucristo es la puerta por la que podemos llegar al corazón del hombre, a sus gozos y sus alegrías, a sus deseos y también al núcleo de su sufrimiento íntimo".

Los obispos recuerdan que "la transmisión de la fe es el anuncio de Jesucristo, desde su nacimiento en Belén a su misterio pascual. Es un anuncio que no se agota en la propuesta de unas verdades y unas normas morales: es la invitación a una amistad personal con Jesucristo. Acoger a Cristo como nuestro Salvador, como la luz que ilumina la oscuridad de nuestros corazones".

Problemas en la transmisión de la fe

En el mensaje también indican que uno de los desafíos con los que nos enfrentamos a la hora de transmitir la fe es la extensión del relativismo y junto a este relativismo se extiende también la tentación de elaborarse una “religión a la carta”. "Reconocer a Cristo como Salvador supone acoger la verdad como un don, como una luz que ilumina nuestra vida, y no como algo de “libre configuración”, que podemos adaptar a nuestra medida. Desgraciadamente nos encontramos con personas que en nombre del Evangelio rechazan a la Iglesia, al Papa, a los pastores, la moral de la Iglesia… a veces sembrando la confusión entre los fieles".










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