A Manuel, Sacristán de San Roque. Manuel Enríquez Becerra.

Ya nos hemos quedado sin el amigo Manuel Millán él que fuese durante cuarenta años, sacristán de San Roque, que ha partido junto al Padre Celestial, unos antes y otros después, a cada uno nos va llegando la hora. Ya que nacemos para morir. Manuel Millán como se apellidaba ha partido de esta vida a los ochenta y cinco años de edad.

Quiero reseñar en esta carta la gran amistad que me unió con él y con su señora Dolores, siempre me defendió a capa y espada con los que nos tenían envidia por tener una amistad tan bonita y sana. Íbamos a su pueblo natal, porque eso si tenía que quería mucho a sus paisanos, era triguereño del pueblo de Trigueros de la provincia de Huelva.

Y no podía pasar un año sin ver las fiestas del patrón en el mes de enero a San Antonio Abad, el santo que pasea por todo el pueblo calle por calle y parándose en todas las casa de sus vecinos y a la vez haciendo sus paradas correspondientes para que le hicieran tiradas de pan.

Salíamos temprano, siempre en Domingo para la ocasión, a celebrar la misa de tercia como él la llamaba o función principal de la fiesta. Disfrutábamos viendo cómo el párroco bendecía a los animales, ya que San Antonio Abad aparte de ser patrón de Trigueros es el patrón de los animales, desayunábamos nuestro buen desayuno con café y churros y lo pasábamos genial.

Manuel Millán desde estas humildes líneas deseo que estés a la diestra del Señor y de La Santísima Virgen María y con tu San Antonio Abad, nunca te olvidaré. D.E.P. Manuel Millán Martín. 

Foto: Francisco Santiago