Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • sábado, 20 de abril de 2024
  • faltan 358 días para el Domingo de Ramos

“Mihi quaestio factus sum”.


 Javier Ramos Sáez. “Mihi quaestio factus sum” viene a decir que todas las cuestiones son hechos y en esta famosa frase me inspiro para explicar la dura relación que han tenido la razón y la fe, muchas veces enfrentadas.

Que todas las cuestiones son hechos me refiero a que hay que ser comprometido con lo que se escribe como diría San Agustín y es que me baso en él para explicar mi argumentación.

Todo es importante a la hora de explicar los motivos en que la fe tiene que ver con la razón. Esta disyuntiva, más que arcaica, ha enfrentado a bandos dentro de la Santa Iglesia.

Vengo a solucionar una problemática y es el porqué pertenecemos a nuestra hermandad y qué es lo que nos empuja a estar en ella; qué asunto concierne a la razón en esta acción de la fe. Puede ser que Ntro. Padre y Ntra. Madre nos hallan llamado para estar al servicio de la exaltación de la Pasión. Dios en su essentia absoluta nos transciende y llegamos a adquirir la noción de Dios como esse, es decir, como Ser. Dios como res ex nihilo que está fuera de la creación del mundo, ya que Él es el Creador. Él es anterior a la creación porque Es y lo que tiene Ser en la eternidad no puede ser creado sino increado. “Dios es inmutable” como diría Parménides, porque él como otros muchos pensadores más creyeron en el Ser y, por consiguiente, en la eternidad del ser. Dios no es infinito sino que es eterno porque lo infinito tuvo un comienzo y su proyección no tiene cálculo, pero lo eterno siempre ha existido y es in sui, es decir, que su existencia está contenida en sí misma..

San Agustín se basa en el Sermón 43 que dice “intellige ut credas, crede ut intelligas” para hallar una respuesta en su afán por unir razón y fe. Cree para entender y entiende para creer, porque razón y fe no pueden separarse la una de la otra, sino la obra de Dios no tendría fundamentación para la conciencia del hombre. Hay que buscar la inteligencia de la fe.

En mi modesto saber, la línea que separa la inteligencia de la fe es peligrosa de definir. Lo que el hombre quiere hallar es la Verdad en su vida. La verdad es iluminada por Dios desde el intelecto y, por medio de la fe, encontramos las herramientas para llegar a tal empresa. Llegamos a finalidades muy resolutivas para la experiencia humana y dichas finalidades comportan un modo de vivir algo peculiar. Ese modo de vivir consiste en la entrega a Dios, en este caso, la participación de su obra en el seno de la hermandad. Ayudar a Nuestros Titulares es una forma ideal de llegar al final de nuestra vida con opciones de llegar a la verdad por medio de una fe muy dilatada por medio de la razón.

Si alguna vez hemos dudado no pasa nada porque sabremos al menos que hemos existido de verdad y en eso no hay duda. La duda nos hace ser partícipes de nuestra existencia y la duda se vuelve fe por medio de un proceso deductivo(ratio). Dice San Agustín: “Si dudo, existo”. Para la persona atea la simple duda ya puede ser un referente de la existencia de Dios. Y a esto me refiero con la frase del Nuevo Testamento de San Juan que dice: “El Verbo (Logos) es la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo”(Jn.1,9). Esta es una gran prueba de mis intenciones, es decir, que sin la razón que ilumina el intelecto del hombre la fe puede llegar a ser un gran valor que puede viajar a la deriva por la experiencia vital del hombre.

Y como último testimonio tengo que escoger el pasaje “Nisi credideritis, non intelligetis”(Isaías7,9). Si no creéis no llegaréis a comprender. Esta cita de Isaías es crucial para entender el significado de lo que vengo a decir. Si no tenemos fe no legaremos a utilizar la razón para cualquier propósito. No llegaremos a entender el verdadero aspecto de la Palabra de Dios. Dios debe de ser comprendido como Logos del que los demás participamos. Si no comprendemos este sentido de vivir la fe y la razón, no podremos explicar la finalidad de nuestras acciones. Por eso mihi quaestio factus sum, porque todas las cuestiones de la vida son hechos que deben ser afrontados desde la perspectiva de la fe y de la razón. Así estaremos capacitados para seguir a nuestros amantísimos Titulares por la mejor vía para poder expresar  nuestra devoción.

Foto: Javier Ramos                                                                                     










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.