Provincia. Écija arropó a su Patrona, Nuestra Señora del Valle Coronada, en el primero de los traslados extraordinarios

Manuel Pinto Montero. El pasado sábado la Ciudad de Écija vivió momentos históricos en torno a su venerada Patrona, Nuestra Señora del Valle Coronada, al dar inicio los actos de clausura de la Misión Popular que se está llevando a cabo en la Ciudad. La Patrona y Alcaldesa Perpetua de la Ciudad presidirá la Misión en cada una de las Parroquias ecijanas, a las cuales será trasladada cada sábado de abril y mayo. En la histórica noche del 9 de abril se iniciaron los traslados llevando en esta ocasión a la Patrona hasta la Parroquia de Santiago.

La Santísima Virgen del Valle esperaba, ante su retablo en la nave del Evangelio del Templo Mayor de Santa Cruz, la llegada de los feligreses de Santiago para llevarla a su Templo. Pasadas las nueve de la noche la Virgen del Valle era alzada sobre los hombros para llevarla hasta el dintel de la Parroquia, pero antes se rezaba la Salve de despedida en un Templo abarrotado de fieles.

El Párroco de Santiago llegaba a Santa Cruz y se postraba ante la Patrona de Écija y saludaba a los devotos allí presente manifestando que se llevaba “a la novia” hasta su Iglesia. A las nueve y once minutos la Virgen del Valle atravesaba el dintel de Santa Cruz ante numerosos fieles de Santiago que compusieron un largo cortejo junto a las Hermandades y Agrupaciones de la feligresía santiaguista. Se rezaba la Salve de despedida y daba inicio el Rezo del Santo Rosario por las calles de la ciudad.

Las campanas de la esbelta torre de Santa Cruz repicaban despidiendo a la mejor joya que guardan sus muros. Nuestra Señora del Valle fue portada en las andas de la Agrupación Parroquial del Olivo, estando alumbrada por candelabros de la Virgen de la Amargura cedidos por la Hermandad del Silencio. Para esta ocasión la Santísima Virgen lució saya y manto de camarín bordados en oro de tonos claros. Sobre sus sienes portó corona de oro mientras que en sus manos sostiene al divino Infante que lució túnica del mismo tono que la de la Virgen.

Poco a poco fue atravesando la Plaza de Nuestra Señora del Valle que se encontraba llena de fieles que no querían perderse este momento. Continuó por la estrechez de la calle Santa Cruz mientras se rezaban los misterios del Santo Rosario. Balcones engalanados la recibieron en la calle Más y Prat ante de pasear por la popular Plaza de España de la Ciudad de Écija. Al entrar en la Plaza la hermosa torre de la Parroquia de Santa María comenzó su repicar de campanas. Este sonido acompañó a la Virgen del Valle durante su transitar por la Plaza cercana ya las diez de la noche.

La Avenida Miguel de Cervantes contemplaba una estampa histórica, ya que no es habitual que la Virgen del Valle pasee por estos rincones. La entrada en la calle Padilla, en torno a las diez y media, llenó de gozó al barrio de Santiago que esperaba impaciente la visita de la Patrona. Con balcones engalanados y gallardetes recibieron a la Virgen del Valle entre una lluvia de pétalos y vivas. Unos metros después la torre de Santiago se asomaba a la calle que da nombre al Templo para contemplar la llegada de la Virgen del Valle, de nuevo pétalos cayeron a sus plantas ante la emoción de los vecinos.

Las campanas de Santiago repicaron de gozo cuando la Virgen del Valle llegaba a la Parroquia a las once menos cuarto de la noche. Con aplausos y vivas era recibida en el patio del Templo, que lucía gallardetes en sus columnas. Al atravesar el dintel de la Parroquia sonaba la Marcha Real desde el órgano, continuando con los compases de la popular marcha Virgen del Valle. Con este sonido se postraba ante el Nazareno de la Misericordia y la Virgen de los Dolores llegando hasta el presbiterio donde se rezaba la Salve.

A las once de la noche, y tras unas dos horas, la Virgen del Valle se encontraba en el Templo Parroquial de Santiago donde permanecerá y presidirá los actos de Misión hasta el próximo sábado cuando sea trasladada a la Parroquia del Carmen viviéndose momentos únicos que la Ciudad de Écija guardará en sus anales.

Fotos: Manuel Pinto Montero.