Tu Fundación, por Martín Cartaya

Arte Sacro. A continuación pueden conocer una nota remitida por la Fundación de Hermandades del Viernes Santo Tarde y que aparece en los últimos boletines de las siete corporaciones que conforman el día.

“Hemos entrado en el año 2006. En este año se cumplirán los primeros cinco de nuestra Fundación de Hermandades del Viernes Santo Tarde, constituida como tal, y cuatro, desarrollando su actividad de ayuda a domicilio a personas mayores, impedidas o solas.

Estas personas que tanto nos necesitan esperan de nosotros todo el cariño que seamos capaces de ofrecerles. Te puedo asegurar, que cuando las miras a los ojos, vemos la cara de Jesús, de nuestro Cristo. Vemos soledad, dolor y agradecimiento. Mucho más agradecimiento que cualquier otra cosa. Les damos un poco de felicidad que, prácticamente, no nos cuesta apenas nada.

Y Dios, como ellos, también sonríe al ver que hacemos algo que Él quiere que hagamos por nuestros hermanos. ¡Qué bonito es dar y darse a los que más nos necesitan! Y ¿sabes cómo es posible llevar a cabo esta obra social y cristiana? Simplemente dándonos un poquito de nosotros mismos, como vienen haciendo una serie de personas, de hermanos, que dedican una pequeña parte de su tiempo libre. Otros, también, contribuyen económicamente con la Fundación. Para ello no es necesario hacerlo con grandes sumas, pero si con cantidades que, aunque sean pequeñas, son ciertamente importantes.

Para que puedas hacerte una idea real de cuanto se ha hecho durante estos tres años y medio, debes saber que, en ese tiempo, hemos atendido a casi doscientas personas, acumulando un total de horas de servicio que superan las dieciocho mil. Además, para poder realizar esta labor, hemos creado siete puestos de trabajo que antes no existían.

Cuando en 1998 empezamos a pensar en realizar una acción conjunta entre las siete hermandades de la tarde de Viernes Santo, no podíamos imaginar como, con el paso del tiempo, la soledad y la necesidad de nuestros mayores crecería de la forma que los está haciendo. Día a día, comprobamos el aumento de personas que, con nombres y apellidos, sufren la ausencia de cariño y la impotencia de valerse por sí mismas.

Todo esto creemos que merece la pena y le gusta a Dios. Contamos contigo ya."

Foto: Martín Cartaya