La Divina Pastora de Santa Marina realizó su procesión triunfal y de gloria

Arte Sacro. En la tarde de ayer domingo, III de septiembre, la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina celebró, como marcan sus reglas, la solemne procesión triunfal y de gloria con su Titular.

Este año la corporación letífica ha optado por mantener prácticamente el mismo recorrido que el año pasado sin faltar su tradicional visita a la calle Divina Pastora, que este año celebrará los 125 años de su rotulación bajo ese nombre, por acuerdo capitular del Ayuntamiento de Sevilla.

La Pastora lució en su salida terno de gala con la saya de tisú rosa bordada en oro, sombrero de encaje de bolillos en oro y como marca la tradición, abundante adorno de joyas con las que reluce en esta jornada tan especial para todos los pastoreños.

Un año más en el paso de la Pastora, los candelabros lucieron los cirios en homenaje a las víctimas de la violencia de género que ha pintado el artista Rafael López Tello.

En el cortejo, Estrella del Rocío Crespo Jiménez encarnó a Santa Marina de Aguas Santas que lució el traje que diseñara Javier Pérez Orozco, de inspiración medievalizante. Diversos hermanos mayores de varias corporaciones acompañaron en la procesión y junto al hermano mayor Andrés Martín, iba la presidenta Patrimonio y del distrito Casco Antiguo, Amidea Navarro y el delegado del Consejo de Cofradías, Manuel Vales. El delegado de Fiestas Mayores, Manuel Alés, tampoco quiso perderse la procesión.

El paso fue mandado como es habitual por Antonio Santiago y su equipo.

En cuanto al apartado musical, la agrupación musical Santa Cecilia, como en años anteriores, fue la encargada de realizar el sábado por la mañana el bando anunciador y abrir el cortejo delante de la Cruz alzada y la banda municipal de música de Coria del Río, dirigida por Camilo Irizo acompañó un año más tras el paso de la Virgen.

El viernes día 29, fiesta solemne del Mayoral del Rebaño de la Divina Pastora, a las 20 horas, celebrará esta Hermandad solmene función que servirá como acción de gracias por los frutos espirituales obtenidos en estas fiestas solemnes, ocupando la sagrada cátedra Monseñor José Ángel Sainz Meneses, arzobispo de Sevilla, siendo concelebrada por los hermanos sacerdotes.