LA VENTANA, de Luis Carlos Peris. Diario de Sevilla.

Hace un año, justamente un año, que los sevillanos pudimos verificar el magnífico trabajo realizado con el Señor de Sevilla. La cara que le daba el sobrenombre cariñoso de Cisquero había desaparecido para ser el Gran Poder que ninguno habíamos conocido, pero que imaginábamos bajo la negra pátina que el tiempo había ido depositando en su cara. Un año después y gracias a ese cronista siempre de guardia que es Carlos Navarro nos enteramos de que la disposición del altar donde pasa la mayor parte de su tiempo tiene más culpa del ennegrecimiento que el propio paso del mismo. La hornacina es una especie de extractor de humos que literalmente se traga el Señor. Es palabra de los Cruz Solís y eso va a misa, por lo que hágase lo que a bien se tenga para que al auténtico Hijo de Dios no haya que tocarlo más; si acaso que lo fagan generaciones venideras y mientras más tarde, mejor.

Nota: Publicado en Diario de Sevilla el 27 de julio de 2007.

Noticia relacionada: 26/07/2007-Última hora. Los Cruz Solís urgen a la reforma del altar del Gran Poder. Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla