123 motivos para no viajar a Sevilla, pero ¿y los que vivimos aquí qué hacemos?

Francisco Santiago. He de reconocer que el tiempo (ese que miramos en el reloj) y yo estamos algo peleados, pues resulta casi imposible atender a todo lo que quiero hacer en un mismo día, incluyendo algún que otro acto cofradiero.

A pesar de esto aun saco algunos momentos para detenerme en alguna de las lecturas que me han traído los reyes y, de repente,  y, vaya sorpresa la que me he llevado con Jorge Molina.

Y ustedes dirán… ¿Y este quién es? Eso mismo me pregunté yo, pero mientras que iba buscando los intríngulis del libro, cada vez me sentía más interesado en el mismo y, lo mejor, con una sonrisa de oreja a oreja.

Lo mejor de todo no es el título del libro (que ya tiene guasa rancia): “123 motivos para no viajar a Sevilla”, sino algunos de los mismos que están perfectamente adaptados a la realidad del día a día del sevillano y, por supuesto, del turista.

No se olvida casi de nadie, desde los GEOS jartibles de las cofradías, pasando por los Heraldos del Evangelio o incluso el Museo de la Semana Santa (reitero, tela de arte en las definiciones).

Si de verdad tienen ganas de leer un libro desenfadado, ameno y en el cual nos vamos a ver reflejado más de uno (y de 300 como los de las Termophilas), la idea la ha editado Jirones de Azul y, tal y como reza en el titular, se llama “123 motivos para no viajar a Sevilla”.