Provincia. La devoción del pueblo de Benacazón a su Patrona, Nuestra Señora de las Nieves

Manuel Pinto Montero. Los cohetes en el cielo con las últimas luces del día y los fuegos artificiales anunciaban la gloriosa salida de la Patrona de todos los benacazoneros, y es que Benacazón se viste de gala cada 5 de agosto para acompañar a su Patrona, la Virgen de las Nieves. Todo un pueblo se echa a las calles en uno de los días grandes de esta localidad aljarafeña, donde la Virgen es recibida con arcos triunfales, cúpulas y flores de papel que adornan Benacazón para mayor honra de su venerada Patrona.

Nuestra Señora de las Nieves es una talla anónima, aunque muy modificado su aspecto con el paso de los años. La Santísima Virgen, de gran veneración en la localidad, celebra sus fiestas cada mes de agosto donde el Templo Parroquial, consagrado bajo su advocación, se queda pequeño en la celebración de los cultos. Se cuenta que a finales del siglo XIX su devoción se extendió por el aljarafe debido a que ningún vecino de Benacazón sufrió la epidemia de peste negra que asoló la zona gracias a intercesión de la Santísima Virgen de las Nieves.

La Patrona de Benacazón procesiona sobre paso de plata, a hombros de sus costaleros, alumbrada por altos candelabros de guardabrisas. Sobre peana de plata, donde se asienta dos candelabros de guardabrisas, se encuentra la Virgen de las Nieves que luce saya blanca bordada y manto de terciopelo azul bordado. Porta la Virgen corona dorada en sus sienes, en su mano derecha bello cetro dorado y en su mano izquierda al Santísimo Niño Jesús que lució túnica blanca bordada. En su pecho porta la Medalla de Oro de la Villa de Benacazón mientras que a sus plantas un pequeño angelito sostiene el Bastón de Mando de la Villa de Benacazón, símbolo de su nombramiento el 14 de diciembre de 1997 como Alcaldesa Honoraria Perpetua de la Villa, muestras de la devoción y el amor del pueblo a su Patrona.

La banda de las Angustias de la vecina Sanlúcar la Mayor puso los sones musicales a una noche cargada de devoción, pero que no finalizaría con la entrada de la Virgen de las Nieves pasadas las cuatro y media de la madrugada, si no que continuaría en la jornada del 6 de agosto cuando de nuevo Nuestra Señora de las Nieves regresó a las calles de su pueblo para celebrar el tradicional Romerito, donde la Virgen fue llevada hasta el Barrio del Prado, luciendo en esta ocasión el manto de terciopelo rojo bordado.

Fotos: Manuel Pinto Montero.