El primer paso de la Hermandad, vuelve al Cerro

Arte Sacro. El pasado mes de mayo recuperó la Hermandad del Cerro una pequeña parte de su más antiguo patrimonio al adquirir los respiraderos del primitivo paso procesional de Nuestra Señora de los Dolores, en el cual procesionó hasta su sustitución por el actual en septiembre de 1980.

Realizados en madera dorada, su hechura es anterior a la constitución canónica de la Hermandad de Gloria en 1955 y con ellos también procesionó la primera dolorosa titular de la corporación, sustituida en septiembre de dicho año por la actual y venerada desde entonces en El Madroño.

Son obra del tallista José Montero, vecino de del barrio que solía encargarse anualmente de su montaje y al que la Hermandad encargaría años después el retablo mayor de la parroquia. A modo de dosel, estos respiraderos fueron utilizados asimismo en el montaje de algunos besamanos celebrados durante las décadas de los cincuenta y los sesenta, tanto con la anterior como con la actual imagen de la Santísima Virgen.

Tras su venta a la letífica Hermandad de Nuestra Señora de la Candelaria, del vecino barrio de igual nombre, y con algunas modificaciones realizadas en las cartelas y esquinas, fueron utilizados hasta el pasado año en la procesión anual de su Titular. Se trata por tanto de unos enseres procesionales de gran valor afectivo para nuestra corporación ya que, aún cuando hay constancia de la existencia de unos anteriores de menor calidad, fueron estos respiraderos los que formaron el primer paso de la Hermandad de Gloria de Nuestra Señora de los Dolores tras su fundación.

Tras la restauración que se está llevando a cabo en el taller de Enrique Gonzálvez González, los respiraderos quedarán expuestos en nuestra casa de hermandad como una entrañable parte de nuestra memoria corporativa, recuperándose así para su conservación por las generaciones venideras.

Fuente: Boletín del Cerro

Foto: Francisco Santiago