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Provincia. Vigilia por los fallecidos en los atentados de París y Bamako en Alcalá de Guadaira


Fran Granado. El sábado 21, coincidiendo con la Vigilia mensual de noviembre, la Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de Guadaíra de la Adoración Nocturna Española ofreció sus rezos por los fallecidos en los recientes atentados de París y Bamako. Fue una Vigilia muy emotiva, oficiada por el Padre Fray Patricio Makau Mutua, Mercedario Descalzo, Superior del Convento de dicha Orden en Santo Domingo (República Dominicana), que se encontraba en nuestra ciudad visitando a su hermana, la monja Clarisa Sor Ana.

Vigilia emotiva, además, porque en dicho día 21 la Iglesia celebra la Presentación de la Santísima Virgen en el Templo, y la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, como final del Año Litúrgico. Fray Patricio glosó en su homilía la Festividad que se celebraba, comentando sus orígenes, en la encíclica “Quas Primas”, del Romano Pontífice Pío XI, en 1925, y cómo desde la antigüedad el título de Rey ha estado asociado a Cristo, pues así figura en las Sagradas Escrituras, e incluso en el Título de la Cruz, mandado redactar por Pilatos: Jesús Nazareno, Rey de los Judíos. Nacida la mencionada encíclica para conmemorar el Decimosexto Centenario del Primer Concilio de Nicea, que definió y proclamó el dogma de la consubstancialidad del Hijo Unigénito con el Padre, además de incluir las palabras...y su reino no tendrá fin, en el Símbolo o "Credo Apostólico", promulgando así la real dignidad de Cristo; fue otro Concilio, el Vaticano II el que fijó como fecha para dicha  celebración el cierre del Año Litúrgico.

Así, en el rito de la Vigilia, además de orar por los adoradores difuntos y por las Clarisas difuntas, se pidió de una forma especial por todos los fallecidos en los execrables atentados de los últimos días, cometidos por fanáticos, que, en una inexacta interpretación de su Religión, cometen el grave pecado de tomar el Nombre de Dios en vano, ya que sólo Él es el dueño de la vida y de la muerte. Además, Dios es Amor y Misericordia, por ello se pidió que se arrepintieran de su acción y encontraran el camino de la Luz y el Amor; modo de vida terrenal que nos prepara para acceder al Reino del Cielo.

A ello iban dirigidas las dos lecturas de la Vigilia, la primera de San Pablo, afirmando y justificando la Resurrección de Cristo, fundamento de nuestra fe, y la segunda de San Ambrosio, glosando la muerte en el Señor como paso previo a la verdadera Vida. El Te Deum final fue el colofón perfecto, ya que éste himno proclama la grandeza eterna de Dios.

Tras el rezo comunitario de Completas, unidos los adoradores con las Hermanas Clarisas, el Padre Fray Patricio procedió a dar la Bendición con el Santísimo Sacramento, confortando así a todos los presentes.

Redacción: Juan Jorge García García y Paco Burgos

Fotos: Paco Burgos










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