La Hermandad del Museo presenta el resultado de la restauración de su Simpecado, presidido por una imagen que perteneció a San Francisco de Borja‏

Arte Sacro. La Hermandad del Museo ha presentado en estos días, en el marco del triduo dedicado a su titular, la Virgen de las Aguas, el resultado de la restauración practicada a su Simpecado, una de las insignias más representativas de esta corporación y que incluye una pequeña imagen mariana que perteneció a San Francisco de Borja, uno de los primeros prepósitos generales de la Compañía de Jesús.

La parte más visible del trabajo de restauración, realizado durante casi un año en los Talleres de Santa Bárbara, se concentra en los bordados, los cuales han recuperado el vigor que le fueran otorgados en 1946, año de creación de esta insignia. Para su realización, en los talleres de Elena Caro utilizaron piezas de antiguos mantos de la Virgen de las Aguas.

Los bordados utilizados para dar forma al Simpecado formaron parte anteriormente de dos mantos de la Virgen de las Aguas. Uno de ellos lo utilizó durante el final del siglo XIX, cuando aún procesionaba a los pies del Cristo de la Expiración. El otro era un manto de camarín. Dichas piezas han sido limpiadas, se les ha devuelto el vigor de antaño, y pasadas a nuevo terciopelo azul de Lyon por el citado taller sevillano, que ya restauró el pasado año el palio de esta cofradía del Lunes Santo sevillano.

El proceso de restauración también ha incluido la recuperación de la pequeña talla mariana que preside el conjunto, donada por Ángela María Téllez-Girón, duquesa de Osuna y que perteneciera a San Francisco de Borja, uno de los primeros duques de Osuna. Esta imagen se atribuye a Juan de Juni, escultor franco-español del siglo XVI y una de las figuras más representativas de la escuela escultórica castellana, como da fe su prolífica obra para Valladolid y que puede contemplarse, en su gran mayoría, en el Museo Nacional de Escultura de esta ciudad.

La recuperación del Simpecado ha coincidido precisamente con el reciente fallecimiento de la citada Duquesa de Osuna, quien sufragó en 1946 la ejecución de esta insignia y quien mantuvo un estrecho vínculo con la Hermandad del Museo. Duquesa, asimismo, de Arcos, Gandía, Medina de Rioseco, Uceda, así como los condados de Oropesa y Peñaranda de Bracamonte, fue camarera de la Virgen de las Aguas y gracias a su gentileza la titular de esta corporación lució cada Lunes Santo durante más de dos décadas (1944-1969) un ornato sobre su manto celeste creado joyas de su colección particular, creándose así una de las estampas más icónicas de esta hermandad durante la mitad del siglo XX.

La restauración del Simpecado de la Hermandad del Museo ha sido posible gracias a la generosidad de Manuel González Sánchez-Dalp, hermano de esta corporación, y su familia.