Arte Sacro
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La nueva talla de Jesús Despojado de Alcalá de Henares fue presentado en la Capilla del Molviedro


Arte Sacro. Ayer sábado, 16 de enero, fue presentado la nueva imagen titular para la Pro-Hermandad de Jesús Despojado de sus Vestiduras, María Santísima de la Paz y San Juan Evangelista de Alcalá de Henares, en la capilla del Mayor Dolor, situada en la plaza de Molviedro de nuestra ciudad, que acoje a la hermandad de Jesús Despojado de sus Vestiduras.

Se pudo ver en horario de tarde, desde las 17,30 hasta las 20,30 horas A las 19,45 horas se celebró una eucaristía por las intenciones de ambas corporaciones en su devenir futuro.

Jesús Despojado de sus Vestiduras, imagen que plásticamente evidencia un equilibrio entre el realismo y la idealización, ha sido realizado por el escultor y doctor en Bellas Artes, Rafael Martín Hernández, quien tiene establecido su estudio en el municipio sevillano de Mairena del Aljarafe.

La imagen, completamente anatomizada a excepción de la región pélvica, que se halla cubierta con un escueto sudario tallado, mide 1,83 m. de altura. Está realizada en madera de cedro y su policromía ha sido ejecutada íntegramente mediante la técnica del óleo, evitándose así el uso de ojos de cristal, signo distintivo de este escultor quien tiene mayor predilección por pintarlos en su totalidad.

Iconográficamente, representa la escena correspondiente con la décima estación del Vía Crucis, aquella en la que una vez llegó Jesús al Gólgota, fue despojado de sus vestiduras para proceder a su crucifixión. Éste, con seguridad y aplomo, da un paso al frente inspirando una gran bocanada de aire, que expande su tórax mientras extiende sus brazos como signo de entrega ante su misión redentora.

Su tierna y trasparente mirada de hondo pesar, se dirige al espectador y al devoto, para testimoniar un infinito amor capaz de perdonar los padecimientos sufridos durante la Pasión. Padecimientos que se hacen evidentes a través de la proliferación de heridas, que contrastan con la contención psicológica presente en la expresión de su rostro. En su anatomía se observa cómo la fricción de la cruz durante el camino de la amargura ha desollado sus hombros; cómo la soga que le maniató, han amoratado sus muñecas o cómo la frente es perforada por las espinas de una corona ensangrentada que empapa sus cabellos. Los signos de la flagelación son evidentes a través de golpes producidos con varas y desgarros infringidos por el flagrum. Heridas éstas, que ya resecas desde la tortura, vuelven a emanar sangre después al volverse a desgarrar, al extraer con violencia las ropas pegadas a la piel. Dicha sangre, mezclada con sudor, desciende por toda su anatomía, desprendiéndose desde sus dedos y tiñendo de rojo el empedrado calizo sobre el que el Señor camina.

Para su presentación en Sevilla y su posterior bendición en Alcalá de Henares, la imagen luce una túnica confeccionada por José Antonio Grande de León y unas potencias labradas por el orfebre José Manuel Bernet.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.










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