Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo Ordinario
  • lunes, 20 de mayo de 2024
  • faltan 328 días para el Domingo de Ramos

Provincia. El Santísimo Cristo de Confalón se postró a las plantas de Nuestra Señora del Valle, Patrona de Écija, tras un traslado procesional extraordinario


Manuel Pinto Montero. La Misión Popular que la Ciudad de Écija está celebrando deja estampas únicas e irrepetibles como la vivida el pasado jueves, 14 de abril, cuando la venerada imagen del Santísimo Cristo de Confalón fe trasladada desde su sede en el antiguo Convento de la Victoria hasta la Parroquia de Santiago donde se postró a las plantas de la Patrona de la Ciudad, Nuestra Señora del Valle Coronada, que se encontraba presidiendo el Templo con motivo de la Misión.

Minutos antes de las siete y media de la tarde las puertas de la Victoria se abrían para dar comienzo a un histórico y emotivo traslado procesional. En el presbiterio esperaba la imagen del Cristo de Confalón, talla del siglo XVI de estilo renacentista con influencia gótica, sobre su paso al más puro estilo ecijano, el único de Cristo que queda en la actualidad. Posee este paso peana del siglo XVIII donde se asienta la cruz de taracea que posee nácar, marfil y carey. En ella el Crucificado de Confalón aparece con los característicos clavos de azucenas de metal dorado. Iluminan la sagrada talla numerosos candelabros con tulipas de las que penden lágrimas de cristal de roca, algo único en nuestra provincia.

Tras el rezo del Padrenuestro los “remuas”, que es como se les conoce a los portadores del Crucificado, alzaron la bendita imagen sobre sus hombros para dar inicio a este extraordinario traslado. El sol que bañaba la portada del Templo iluminó el moreno rostro del Cristo de Confalón mientras los vítores y ovaciones no paraban de salir de las gargantas de sus “remuas”. El crucificado de Confalón enfiló la Avenida de Andalucía mientras su imagen se enmarcaba junto a la torre de la Victoria. El cortejo, compuesto por la Cruz alzada y el cuerpo de acólitos junto a los seminaristas y el clero, continuaba por la calle Cronista Martin Jiménez mientras la emoción se adueñaba del ambiente. En la calle Santiago los muros parecían rozar la Cruz mientras las campanas del Templo Parroquial repicaban anunciando la llegada del Cristo de Confalón.

Con gran esfuerzo atravesó los arcos que dan acceso del patio del Templo cuando el reloj marcaba las ocho y diez de la tarde. Con la torre como vigía continuó su tránsito por el patio hasta llegar a los arcos de entrada al Templo. Bajo las bóvedas de Santiago el Cristo de Confalón fue buscando el presbiterio atravesando la nave de la epístola. En el altar mayor esperaba la Virgen del Valle mientras los vítores sonaban en un abarrotado Templo que no quiso perderse el encuentro entre el Señor de Confalón y la Virgen del Valle. A las ocho y media de la tarde se producía este encuentro dejando estampas difícilmente repetibles.

A los pies de la Virgen del Valle quedó el Cristo de Confalón mientras se celebraba el Pregón misionero por don Adrián Sanabria. El recogimiento que se vivió en el Templo de Santiago durante el mismo hizo aún más hermosa la escena que se contemplaba.

Una vez que finalizó el Pregón se inició el regreso del Cristo de Confalón a su Templo de la Victoria. Las campanas de Santiago lo despedían mientras la luna se asomaba para acompañarlo por la calle Santiago o la calle Cava. En la calle Mendoza la torre de su antiguo Convento lo esperaba cuando los vítores y ovaciones al Crucificado de Confalón no cesaban por parte de sus “remuas”. Cerca de las once y vente de la noche entraba en su Templo donde recibe las peticiones y rezos de sus devotos.

Écija, como si de un Jueves Santo se tratase, acompañó al Señor de Confalón, al Crucificado que cuentan que fue hallado por unos campesinos en el pozo de la finca Multimentos, en la carretera Écija-El Rubio, mientras intentaban sacar agua. Estos campesinos no podían extraer agua de aquel pozo y tras largo esfuerzo decidieron descalzarse y como si de un milagro se tratase comprobaron que sin esfuerzo podían tirar de las cuerdas del pozo sorprendiéndose al sacar la talla de un Crucificado. Los campesinos colocaron la talla en una carreta para ir hasta El Rubio pero comprobaron que la carreta sólo se movía en dirección a Écija, comprendiendo que este era el destino que debían tomar. Al llegar a Écija la lluvia hizo acto de presencia parándose la carreta ante el Convento de los mínimos de la Victoria donde encontró cobijo la talla del Crucificado.

Siglos después el pueblo de Écija sigue venerando a este Crucificado bajo la advocación de Confalón y continúan la tradición de descalzarse, como aquellos campesinos hicieron, cada vez que están en contacto con el Crucificado, por ello sus “remuas” lo portan en sus hombros con los pies descalzos.

Sentimiento y tradición que el pasado jueves Écija, con motivo de la Misión Popular, pudo vivir por unas horas junto a la venerada talla del Santísimo Cristo de Confalón que visitó a la Virgen del Valle dejando estampas para la historia.

Fotos: Manuel Pinto Montero.










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.