“Su Nombre…su Nombre es Dulce poesía”. María del Amor Rasero Zárraga

Florece en septiembre el rosa clavel de mi primavera,  entre encajes de nieve y una plaza con gentío inquieta. Florece en septiembre, y me preguntan cuál es su Nombre; yo, respondo que no es un Nombre cualquiera.

¿Que cómo se llama? -me insisten- y yo sonrío presa de un sueño infinito. Y cuando consigo despertar, sencillamente, les invito a que la miren. ¿No es eso ya una respuesta? ¡Que la miren! ¡Que la alaben! Que no hay un rostro más Dulce si cabe.

Pero mirad, no solo con el sentido de la vista. También, con el corazón ¡pero en la mano! Porque con ese, ¡con ese todo se puede! Y si es ante Ella, podrán ver cosas que los sentidos no pueden apreciar. ¿La ven ahora? ¿La sienten? Ese calor en el pecho, ese mismo que te da una Madre desde que te pare en el lecho.

¿Que a qué huele?

¡A incienso, cera y claveles de atardecer de Martes Santo!

¿Que cómo suena?

¡A bambalina apasionada de costaleros enamorados!

¿Han visto una Madre más bella? Rota por el dolor, y aún así su hermosura deslumbra en cada ángulo de Sevilla. En sus ojos caí rendida de amor y no consigo salir desde entonces, reflejo de sus cinco lágrimas, que son de Dios y de vida. ¡Que mi alma llora de alegría, cuando extiende su mano, que es gracia divina!

¿Qué cómo se llama? ¿En serio me lo preguntan?

¡Se llama María! Y tan Dulce es su Nombre, que creedme, ¡a mí me suena a poesía!

A María Santísima del Dulce Nombre.

María del Amor Rasero Zárraga

Foto: Fco. Javier Montiel.