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Provincia. Altar y retablo de pintura de Ntra. Sra. de Roca-Amador de Alcalá del Río


Antonio Rendón. Con motivo de celebrarse en la parroquia sevillana de San Lorenzo Mártir, el triduo de Ntra. Sra. La Virgen de Roca-Amador, en la iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción de la ribereña localidad sevillana de Alcalá del Río, hay un retablo del siglo XVI en un principio llamado de la Concepción. Se trata de una interesantísima pintura, que representa una antigua advocación francesa, la Virgen de Roca-Amador, portando en su brazo izquierdo al niño Jesús, una de la más bella advocación de María, en el altar de estilo Neoclásico, con columna en madera oscura que realizó para esta villa Ilipense el pintor holandés, Hernando de Esturmio en 1550.

Hernando de Esturmio nacido en un pueblo de Schouwen-Duiveland, en una isla ubicada en la provincia de Zelanda al suroeste de los Países Bajos en el año 1515 y murió en Sevilla en 1556, desde los 22 años afincado en Sevilla y que se caso en la ciudad de la Giralda y en la cual tuvo 4 hijos convirtiéndose en un artista prolífico y de éxito.

La devoción de la Virgen de Roca-Amador, comenzó en Francia en un lugar llamado Roc-Amadur en el departamento de Lot.

Un hombre llamado Amador, al fallecer su esposa y por el gran amor que profesaba a la madre de Dios, hizo vida de ermitaño en una caverna lóbrega. La reputación de Amador hizo aumentar el culto a la imagen de la Virgen que la tenia, construyendo en aquel lugar una ermita en su honor que se llamó Ntra. Sra. de Roc-Amador, de donde se deriva el pueblo de Rocamadour y la advocación de la Virgen de Rocamador. A venerar la imagen, acudieron multitud de peregrino de toda Europa en el siglo IX y siguiendo contándose numerosos los milagros.

Las advocaciones a esta Virgen en España, fueron transmitida por peregrinos jacobeos (una de las rutas del Camino de Santiago pasada por el santuario galo) y pobladores franceses que se establecieron en algunas poblaciones del Camino.

La devoción a la Virgen de Rocamador, traida por los caballeros franceses y por el rey Alfonso X el Sabio, pronto se fundió con la religiosidad propia de Sevilla y con la devoción a la Virgen del Rosario y a su hermandad de la Parroquia de San Lorenzo Mártir hispalense. La Virgen de Roca-Amador contó con Hermandad propia desde al menos 1558, aunque no gozó de estabilidad, siendo recuperada a finales del Siglo XVII elaborándose nuevas reglas que se aprobaron el 12 de junio de 1691. Finalmente la Hermandad se integró en la Sacramental de San Lorenzo el 4 de noviembre de 1844.

 

Fotos: Antonio Rendón Domínguez.










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