Juan Manuel Labrador nos llevó por su particular itinerario letífico en el Pregón de las Glorias
Daniel García Acevedo. El altar del jubileo de la Catedral acogió ayer viernes, 27 de abril, una nueva edición del pregón de las glorias de Sevilla que este año ha realizado el joven periodista y cofrade Juan Manuel Labrador Jimenez.
Juanma nos llevó durante una hora y diecinueve minutos por un itinerario letífico por los barrios y collaciones de la ciudad, partiendo la Cruz de Guía desde la propia Catedral y recogiéndose en el arrabal trianero. Labrador visitó en ese recorrido ficticio a todas las hermandades gloriosas, incluso hasta las que no pertenecen a la nómina del Consejo de Cofradías, como las de María Auxiliadora, Pastora de Capuchinos o Carmen del Santo Ángel. Durante todo el momento de su alocución mantuvo el interés por sus palabras, ya que eran innumerables las poesías recitadas en el mismo.
También recordó en su alocución a cofrades que ya no están entre nosotros como Dominga Collado, José María Bautista, Juan Basallote, Antonio Rodríguez Marmol, Alfonso Muriel o Jesús Basterra, entre otros.
Hubo varios guiños musicales, como los introducidos en las poesías dedicadas a la Hiniesta gloriosa, que presidía el altar del jubileo, a la Virgen de los Reyes, a la Virgen del Amparo o a Madre de Dios del Rosario, con las marchas “Hiniesta Coronada”, “Virgen de los Reyes”, “Bajo tu Amparo” y “Hermanos Costaleros”.
Tuvo un momento reivindicativo, en el que pidió la medalla de la ciudad para la Virgen de la Antigua, ante la mirada del Delegado de Fiestas Mayores, con estas palabras “Entre la catedral y el Salvador, Sevilla no debe olvidarse de su devoción por la Virgen de la Antigua, y si bien en aquella colegial sus hermanos se caracterizan por su humildad y su hospitalidad con los conventos de clausura, en la seo fue canónicamente coronada en 1929, a pesar de que con los años ninguna corporación municipal se digne en concederle, como a todas las demás imágenes marianas que poseen tal reconocimiento eclesial, la medalla de la ciudad”.
Empezó y terminó el texto con la Divina Pastora de Triana y lo concluyó de la siguiente manera:
Llegará otra vez septiembre,
y las calles y las plazas
de nuestro viejo arrabal
irán siendo engalanadas
para anunciar que Tú sales
en la tarde soleada
de ese sábado tercero
de un mes por antonomasia
al celebrarse en la Iglesia
esa fiesta mariana
de tu pulcro nacimiento,
y dejando atrás tu casa
tan sólo por unas horas,
en sus puertas y ventanas
te esperarán tus vecinos
a los sones de esas marchas
que lleva en su repertorio
esa respetable banda
cuya música se mezcla
con aquellas sevillanas
que brotan en los balcones
entre voces y guitarras,
rematando todo ello
las grandiosas petaladas
que caerán sobre tu paso,
y con su fervor te ensalza
esa gente que te siente
y que por siempre proclama
el reinado de tu amor
cuando por delante pasas
de ese pueblo al que emocionas
y que sólo a Ti te canta
como Gloria de sus vidas,
¡mi Pastora de Triana!
Estuvieron en la presidencia del acto el Vicario General y Deán de la Catedral, Teodoro León, el delegado de hermandades, Marcelino Manzano, el presidente del Consejo de Cofradías, Joaquón Sainz de la Maza y el delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, que hizo las veces de presentador del pregonero.
Intervino la Banda sinfónica municipal de Sevilla, dirigida por Fco. Javier Gutierrez Juan, que aparte de los guiños musicales antes mencionados interpretó las marchas “Glorias de Sevilla” de Marvizón y el estreno de “Divina Pastora de Triana” de Román Hidalgo.
Fotos: Juan Alberto García Acevedo.