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Provincia. La Hermandad de Los Gitanos de Lebrija conmemoró su Cincuentenario con la salida extraordinaria del Ecce Homo


Manuel Pinto Montero. La devoción al Señor del Ecce Homo en Lebrija se remonta al siglo XVII en la Ermita del Castillo, alcanzando gran fervor entre los lebrijanos en los siglos posteriores cuando el Señor es venerado en el Patio de los Naranjos del Templo Parroquial de Nuestra Señora de la Oliva. Es en este Templo donde en 1968 se reorganiza la Hermandad de Los Gitanos tal y como la conocemos hoy en día.

El pasado sábado, 27 de octubre, La Hermandad de Los Gitanos conmemoró su Cincuentenario con una solemne Eucaristía presidida por don Santiago, Obispo auxiliar de Sevilla, celebrada en el Templo de San Francisco, lugar al que fueron trasladadas las imágenes el pasado fin de semana para la celebración de los actos centrales de la efeméride. Tras la misa se inició la extraordinaria procesión del Señor del Ecce Homo  que recorrió las calles lebrijanas acompañado de numerosos fieles que llenaban las calles de esta bella localidad.

Nuestro Padre Jesús del Ecce Homo está datado con fechas de finales del siglo XVII, conservando el rostro, manos y piernas.  El Señor aparece con las manos atadas con una caña de metal plateado en sus manos a modo de cetro y clámide bordada sobre sus hombros.  El Cristo de los Gitanos de Lebrija procesiona en paso de madera tallada estrenado a finales del siglo XX y alumbrado por cuatro faroles de madera y plata en las esquinas y dos candelabros de guardabrisas de plata en los laterales.

El cortejo, que recorrió las calles más céntricas de la localidad, estuvo compuesto por hermanos con cirios y mujeres de mantilla junto a las distintas Hermandades de Lebrija y otras Hermandades de Los Gitanos venidas de distintos rincones. Dos Bandas acompañaron al Señor en su discurrir por Lebrija. En primer lugar estuvo la Banda de Cornetas y Tambores Amor y Sacrificio que lo acompañó hasta la Capilla de San Juan de Letrán, tras ellas se incorporó la Agrupación Musical de la Humildad, ambas de la localidad de Lebrija.  

Especialmente emotiva fue la salida histórica desde la Iglesia de San Francisco, así como por su paso por el Asilo de San Andrés donde la familia de su prioste, recientemente fallecido, entregada un ramo de flores en su memoria. En la calle Cataño se vivió otro  de los momentos más hermosos cuando el Señor del Ecce Homo volvió su mirada hacia la Capilla de la Aurora, sede canónica de la Hermandad de la Humildad. Ambas corporaciones comparten día de salida en la jornada del Miércoles Santo, incluso ambas comparten una parte de su historia ya que el Señor del Ecce Homo llegó a procesionar junto a la Virgen de la Victoria, al no estar aún el Señor de la Humildad.

Con las primeras horas de la madrugada, en un anoche fría que se vivió en Lebrija aunque con el calor de los numerosos devotos de esta querida Hermandad de Los Gitanos el Señor del Ecce Homo regresó al Templo de San Francisco donde lo esperaba Nuestra Señora del Mayor Dolor, titular mariana de la corporación. Ambas imágenes regresaron en la noche del domingo hasta su sede canónica desde 1983, la Iglesia de Belén, donde reciben las plegarias y oraciones del pueblo de Lebrija.

Fotos: Manuel Pinto Montero.










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