Y redoblará en el cielo… Jesús Manuel Fuentes Merino

Ya llevaba unas “igualás” Miguel Loreto en el cielo, sin escuchar tu tambor y tú como siempre, no podías dejar a tu niños solos … Tenías que servir a tu Señor de la Sentencia y a su Bendita Madre hasta tus últimas horas. Sin ti Maestro Hidalgo, nuestro querido Pepe, nos quedamos huérfanos,  todos los músicos cofrades de Sevilla, estos que rezamos con nuestros instrumentos, como tú Arcángel con tambor nos enseñaste. Hace ya más de cuarenta años, que terminaba los ensayos con mi Banda de los Gitanos y presuroso me iba de vuelta para Triana, pero antes me paraba siempre  un ratito en el Hospital, para escucharte con los Trigos, “El Solís” o Paco Gaona… Compartimos cientos de conciertos, siempre te prestaste solidariamente con cualquier noble causa, siempre trasmitiendo cercanía, cariño y valores Cristianos, no te hacía falta ser docto en tus palabras, porque  todo lo decías con el corazón.

Has sido tan grande y humilde, que no hará falta cambiar el nombre a la calle Parra, ni de la Resolana, ni siquiera a la calle Feria, porque por siempre serán “las calles que pisaron la sandalias del Centurión Pepe Hidalgo”, tú que convertiste como nadie la Roma pagana, en amor al Señor y orgullosa Sentencia. Nos dejas hoy y te vas porque te necesitan seguramente para organizar, legiones de amor en el Cielo. Hasta pronto Pepe.

                                             Jesús Manuel Fuentes Merino

Foto: Juan Alberto García Acevedo.