Dios quiere amor entre los hombres. Manuel Enríquez Becerra

Hoy en día las familias están más desunidas que antes. Y Dios lo que quiere es que tengamos amor en nuestras familias. Así lo dicen los Evangelios, << amaros los unos a los otros como Dios nos ama>>.

Los hijos en cuanto encuentran un trabajo y tienen uso de razón (20 años) se quieren emancipar y vivir una vida independiente por si solos o con sus parejas.

Por tanto se desune la familia con más antelación. Los hijos no quieren vivir la mayoría de ellos, que no digo todos, bajo la batuta de sus padres. Y es que el cariño y el amor cada vez se emancipan antes.

Los hijos quieren ser independientes a temprana edad, y vivir sin que les tengan que decir sus padres nada, (como reñir o que estén a determinadas horas en casa.)

Así las familias se desunen antes, aunque algunas de ellas se ven de vez en cuando. Pero cada vez existe menos amor entre ellas.

Y es que estamos viviendo unos tiempos muy difíciles. Cómo es la vida demasiado adelantada a los tiempos. Los jóvenes a pesar de haber hecho la primera comunión y estar bautizados por la iglesia católica cada día van menos a misa y eso parece que no pero hace mucho, el tener religiosidad católica.

Ahí no se aprende nada malo si no al contrario cosas buenas como ser más humanos los unos con los otros y no desunirse. Dios solo quiere que exista amor entre los hombres, y máxime entre padres e hijos.

Y todavía se desune más la familia al llegar a los primos hermanos, ahí ya se rompe el eslabón familiar casi del todo. La familia está cada vez más retirada al llegar a esa generación.

Lo mismo que hay hermanos que no se quieren entre ellos que son de la misma sangre del mismo padre y madre, la vida a veces es incomprensible. Casi todo es por intereses económicos, ahí es donde perdura mas la indiferencia en las familias, en las herencias.

Manuel Enríquez Becerra. 

Foto: Israel Adorna.