De los nombres de la Virgen. Antonio Sánchez Carrasco

Tiene la noche olor a tierra mojada y es que aquí en Sevilla Este, la cercanía de los parques hace que ese olor se expanda como el del incienso en una cúpula.

Entro en Twitter a menudo y cada vez con menos ganas. Aquel buenrollismo que se desprendió de la primera ola de la pandemia se ha olvidado en el mundo cofrade y hemos vuelto al navajazo pescuecero. Un bicho microscópico ha hecho tambalear nuestra fe en la Pasión de Cristo y en la Resurrección que es lo  fundamental. No hay ninguna noticia que tenga que ver con cofradías que no tenga en las redes y en la ciudad más navajazos que la toalla de baño de Freddy Krueger.

Todo empezó con el dinero de las sillas. El santa sanctorum de los presupuestos. Corría el 2018 cuando por iniciativa propia pregunté a 29 mayordomos de manera anónima que suponía el dinero del consejo para los presupuestos de sus respectivas hermandades. 27 Usaron la palabra vital. Recordemos que una hermandad afronta gastos de patrimonio, caridad y del día a día, y me explicó que hay hermandades que pagan la luz de su iglesia, la alarma, la revisión de extintores, cualquier eventualidad, algunas tienen trabajadores a sueldo... Además queremos que paguen a artesanos, que sigan con la caridad y por supuesto bandas, flores, fondo diocesano... y todo con la cuota de hermanos y algunas papeletas simbólicas... Imagino a los mayordomos como en la Casa de Papel y no sigo para no hacer spoiler.

Por otro lado la devolución de ese dinero puede que acabe con aquel mito de los pijos potentados que van a la silla. Es posible que mucha gente convierta en sus vacaciones esa semana y que ahora con la debacle económica, ese dinero le sirva para pagar alguna factura. Son tantas las posibilidades que surgen al pensar que no entiendo las generalizaciones y los pontificados. Pero vamos, que en eso en Sevilla somos especialistas.

Por otro  lado están los castillos en el aire para 2021 y los revienta castillos en el aire. Porque si bien los primeros son dignos de alabar por esa Esperanza con mayúsculas, los segundos podían irse a igualar a la Canina, iba a tener cuadrilla para llegar andando al Paseo de la Castellana la Reina calva de San Gregorio.

¿Porqué no vamos a pensar, porqué no pueden los consejos reunirse? Se llama planificación y habrá que pensar en todos los escenarios posibles. Desde la nada al todo pasando por alternativas de celebrar el sacrificio de nuestro Señor, todo ello con las directrices de las autoridades.

Luego están los de "hay Semana Santa aunque no haya procesiones" a estos se recomienda ingresar en la iglesia luterana que va mejor con sus postulados, eso sí, de adobo nada, fish a chips.

Y ya la leña que le han dado a todos los que han tenido algo que ver en la bendición de la Virgen del Confinamiento..., repasad advocaciones y ved de dónde vienen que vais a flipar con más de una. Y si le quitas eso decirle fea a una imagen bendecida me parece de mal cristiano. Y ya darle caña a la Cena y su templo por permitir bendecir una imagen allí..., si no han celebrado una fiesta rave ni un aquelarre, ha sido  la bendición de una dolorosa. Y que se llama María de el Confinamiento porque fue creada durante el confinamiento. Como otras imágenes que adoptaron advocaciones por distintas motivaciones o instantes en la que fueron creadas.

Recuerdo a una Virgen a la que llaman la calva en Castilla León porque tiene el nacimiento del pelo muy atrás. La que podría caer aquí si llamamos a una Virgen de esta manera..., si en China siguen comiendo murciélagos, tal vez Confinamiento sea una palabra más de nuestro día a día.

Mientras, sigamos buscando esa normalidad que no se parece mucho a la antigua pero que debe de ser la que tengamos, hasta que el bicho microscópico que vino a robarnos el día a día no sea más que un mal recuerdo.

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.