En este día de fiesta que no tiene nada de festivo. Mariano López Montes

Si, porque en este Miércoles de Feria en el que por la situación socio sanitaria no hay nada que celebrar, y aunque pudiera estar señalado con el color rojo que tanto nos gusta ver en los calendarios y antiguos almanaques, la verdad que de rojo tiene lo mismo que algunos adeptos ideológicamente a esa izquierda descafeinada que se prodiga en la actualidad. Si porque será un día mas como otros muchos superviviendo en el abanico de las restricciones a veces justificadas que estamos viviendo.

No vivimos nuestra Semana Santa de siempre, ni la Feria multicolor que gusta a tantos, tampoco habrá romerías, ni Rocío, ni Corpus, ni Velá, ni muchas cosas mas a las que estamos acostumbrados. Lamentarse o revelarse no sirve para nada y como hacen los mas viejos del lugar, nuestro único recurso será acudir a ese cinematógrafo que todos tenemos instalado en nuestro cerebro que son las vivencias y los recuerdos que nos ha brindado algo tan maravilloso como es la vida.

La historia y lo escrito pueden ser a veces un excelente billete o pasaje, que nos dará acceso a un asiento o butaca en ese tren envuelto en humo, de pasillos interminables y con asientos acolchados o de dura madera según la clase y el precio, que lenta y parsimoniosamente tiene como destino “el pasado”.

Para esta ocasión quiero regalaros un pasaje en aquella Revista titulada “Las Fiestas de Sevilla” que vio la luz hace cerca de setenta años, más concretamente en el año 1952.

El objetivo de los gestores de la ciudad en aquellos años era atraer a un turismo no de masas, pero con ciertas dosis de burguesía y elitismo a una ciudad que estallaba por primavera en unas fiestas no del todo populares, pero si atrayentes a sectores con medio o alto nivel adquisitivo, precursores de la moderna sociedad del ocio. En el Programa de las llamadas “Fiestas Primaverales” se oferta en conjunto una serie de opciones para todos los gustos que puedan interesar a una extensa red clientelar ávidas de vivir y conocer este “rinconcito mágico de la baja Andalucía”.

Así vemos como se expresa en la ilustración adjunta como se adjunta un programa que incluye desde La Semana Santa a celebrar ese año desde el 6 al 11 de abril, La Feria del 22 al 27 del mismo mes, Feria de Ganado en el terreno de Los Remedios. Exposición de Bellas Artes organizada por El Ateneo en el Pabellón Mudéjar, grandes festejos Taurinos con Corridas de Toros en las que lidiaran reses de las más destacadas ganaderías, los mas afamados y famosos diestros de la época. No podía faltar La Opera en el suntuoso Teatro Lope de Vega, ni las tradicionales Carreras de Caballos organizados por el siempre prestigioso Club Pineda, ni El Tiro de Pichón en el Carambolo, ni ese Campeonato de Tenis, deporte un tanto elitista para aquella época, hasta que lo popularizara Manolo Santana  que se iba a organizar del 17 al 20 del mes de Abril , por el Real Club de Tenis Betis, con premios otorgados por distinguidas y reales personalidades  y en la que incluso se daba una oportunidad o un paso al frente en la participación e incorporación de mujeres a este deporte  con una copa denominada MAIN reservada para las llamadas “principiantas”.

Como dato anecdótico quiero dar a conocer al lector, y ante la proliferación de Hoteles y Apartamentos Turísticos que se están construyendo en la actualidad en esta ciudad, la preocupación del Director General del Turismo de aquel gestor con imagen y fisonomía propia de la época y que se llamaba Don Luis A. Bolín, que expresa en palabras textuales en una entrevista que ofrece a la Revista lo siguiente: “los alojamientos , problema sevillano durante la Semana Santa única y la maravillosa Feria de Abril“. Mas adelante enfatiza en un tono un tanto dogmático, que “las Fiestas de Sevilla son un caso único en que no se necesita de propaganda, por lo tanto, en su día llegará a plantearse que habrá que aumentar los hoteles de nuestra ciudad”.

Por ultimo apunta la posibilidad y el beneficio para la economía de la ciudad de “volver a celebrar La Feria de San Miguel, pues constituiría sin duda un aliciente maravilloso para atraer al turismo internacional”.

Reconoce el gran auge y la modernidad en los medios de transportes para La nueva España con esta frase “En efecto, el avión, el ferrocarril y sobre todo el automóvil, constituyen excelentes medios para facilitar el transporte de una cantidad de personas mucho mas numerosa que las que hoy por hoy pudieran afluir a Sevilla para la Semana Santa y La Feria de Abril. El tope está y lo imponen los alojamientos”.

Fotos: Archivo Mariano López Montes