Pucela cofrade. Antonio Sánchez Carrasco

Siempre pensé que el verano es como una especie de gran cruce de caminos. Así pero en la primavera tardía en uno de esos cruces de caminos desvirtualicé al  conocido en  Twitter como tuitero del antifaz. Ahora en verano mi querido amigo iba a Valladolid y quería algo que hacemos todos los jartibles, recomendaciones cofrades de una ciudad que me viene en la sangre, y es que mi abuelo Tomás nació allí.

Todo venía porque en 2019 culminé la recuperación de uno de mis tendones visitando la ciudad pucelana en el mes de noviembre. Quería conocer el Museo de Escultura entre otras muchas cosas y comprobé que al día siguiente de nuestra llegada tras celebrar su triduo el Cristo de la Cruz al Hombro de la Hermandad de Pasión se encontraba en besapiés. Y allá que fuimos a verlo al Monasterio de San Quirce y Santa Julita y allí me quedé entre sus devotos para siempre. La imagen se te presentaba etérea. Asumiendo su castigo y mirando con cara de redención. En su bello rostro sólo se veía perdón y sosiego a pesar de la tortura. Uno que siempre es de conocer las cofradías allá por donde vaya en la tierra de mi abuelo me hice de aquel hombre hecho Cristo que a la vez imploraba y asumía . Nunca un dolor más hondo pudo tener mejor escenario que aquella iglesia y aquel momento de mi vida.

Curiosamente en ese cruce de caminos mi amigo llegó hace unos días a Valladolid y al ponerlo en sus redes el hermano mayor de la cofradía tuvo a bien enseñarle San Quirce. Ahora él sigue hacia Francia pero cuando baje me trae un sobre de la Hermandad de Pasión que le han dado para mí. Si trae aunque sea una estampa de mi Cristo Pucelano me hará feliz este cruce de caminos, en el que mi amigo tuitero conoció a Cristo en toda su esencia porque nadie mejor que el Señor con la Cruz al hombro asume su destino. Y mira que ambos somos de ver cofradías por donde estemos pero cuando te mira Cristo hay que atenderlo.

#Loslunesalsol

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.