Los lunes al sol. La vuelta al cole. Antonio Sánchez Carrasco

Y allí llegué yo. Al potro de tortura. La vuelta a sudar más que un relevo de costaleros en la SE-30, un 5 de agosto a las 3 de la tarde. Había que transpirar los desmanes veraniegos para gastar menos en ruán negro y no tener que ponerme de esparto una persiana, por si al final  podemos empezar a pensar en salir con Nuestro Padre Jesús en la Costanilla, si la incidencia capillita muta a la incidencia futbolera y los jartibles cofrades dejamos de repartir virus como si fuesen los caramelos que tiran los pintados de negro esos tan rimados que salen con los Reyes Magos.

Y justo en ese instante en el que la cinta empezaba a andar como cuando vas tarde para el Salvador el domingo de Ramos, cada vez más rápido, en mi cinta de correr pude ver el final de la etapa de la vuelta ciclista a España. ¡Que modernura, una cinta con tele!.  Otro evento más multitudinario que no transmite el virus. Debe de ser que la fe transmite y el deporte no. Pero no me quería envenenar ante la inoperancia de un virus que cuando hay dinero de por medio debe de moverse menos, sino no me explico las imágenes de la etapa de Valdepeñas de Jaén o de los campos de fútbol, así que busqué en YouTube el último día que mi Cautivo cruzó  el Postigo y me lo puse en la tele, los cascos y todo, para andar y sudar. Se veía llegar al Señor por la avenida y recordé aquel  día encima del Postigo con mi amigo Fernando y mi Maestro Zamora y mi Lola tras su paso. La imagen con el sonido ambiente y la banda sonora de la Pasión de Linares puso a mi cuerpo entre el sudar y la emoción.

La segunda melodía de "Al que yo bese" empezó a sonar cuando Cristo llegaba al azulejo de la Piedad y lo acompañó hasta el inicio de Arfe, donde nació mi Madre Mercedes. Tras la coda, el recuerdo a la primera melodía de la marcha y el paso se adentró en Arfe y allí fugazmente aparecimos los tres encima del Postigo mientras Jesús bordeaba  el antiguo Mercado del Arenal.

Tras 22 minutos andando con 3 % de rampa, eso se me pasó  cambiarlo la verdad, me bajé de la cinta sudando como si hubiera estado acostado en un asador de pollos y con un pellizco en el alma ante el recuerdo de un mundo en el que vivíamos antes. Mañana me pongo música en la cinta, que disgusto más tonto.

#LosLunesalSol

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.