Ellon Musk y el Consejo. Antonio Sánchez Carrasco

Los amiguetes que leen este balcón de letras cada lunes, la mayoría saben que se escribe el domingo porque Arte Sacro se actualiza a las 00.00 horas del día en cuestión. Con lo que el pasado lunes con mi anterior columna ya escrita y publicada saltó la noticia. Ellon Musk compraba Twitter y el Consejo de Cofradías anunciaba elecciones. Y no sé porque, bueno si lo sé, porque esperaba en una sala de espera para que me sacaran sangre y estaba más nervioso que un encendedor de palios en Tarifa. Pues me dio por relacionar las noticias. Y aquí os dejo la paranoia que se me ocurrió.

Primero me dio por pensar en si Ellon Musk en vez de ser mitad canadiense, mitad de Sudáfrica (que el gentilicio rima tela) hubiera sido de padre trianero y madre de Ciudad Jardín. Y se hubiese hecho famoso por los mismos hitos que se ha hecho, en vez de fundar PayPal,  le habría puesto a su empresa, Parné a Distancia o TeleGüita. En vez de leer a Nietzche o Schopenhauer, leería frases de Cervantes o Quevedo y estaría tan metido en la Ciudad que sin duda sería capillita y feriante. El Tesla farolillo o el Tesla Cirial serían dos de los modelos realizados por su empresa de coches. Aquello de su empresa espacial organizaría vuelos para ver la Macarena desde la estratosfera o tomar la cena del Pescaito (pescadito de Córdoba para arriba) en una estación espacial. Y convencido de la actividad tuitera de esta Ciudad y de como se le endiña con la mano abierta al Consejo de Cofradías.

Reformaría sus estatutos previamente hablado con Palacio, para que no quedaran en esa tierra del que asesora y no manda, porque no siempre puede. En la tierra de las medias palabras Musk sería un proscrito,  porque por sus hechos los conoceréis y no parece que le vaya mucho las medias tintas y la ojana. ¿Y cómo afectaría a la Red del pajarito? (con perdón). Me imagino denuncias aceptadas a trámite por comer una hamburguesa en vez de un serranito,  suspensiones de cuentas porque no te gusten las bandas que les gustan a todos, o por echarle quinoa a la tostá, y alardear de todo ello en la Red azul. Cuentas cerradas por reincidencia, por poner una foto de playa en Viernes Santo,  o por no saber quién era Chaves Nogales.

Lo que no me cuadraría sería el nombre, Twitter, suena a polo de los de hielo, de los que se te ponían las paletas pa cortar cristales. Alternativa #ErCorral  o #PatioVecinos o dejaría Twitter pero con apellido Twitterplancha o algo así. Mi mente empezó a analizar los nicks cofrades, esas cuentas que siempre están cabreadas y que no les gusta o son capaces de analizar como un acólito mueve un incensario, de mal, claro. Y ahí salió la enfermera a buscarme. Mi hematofobia  me nubló las entendederas y ya sólo pensé en no desmayarse, ni Musk ni Mask que diría una Madre. Buena Feria y gasten poco que está la cosa que da bocaos.

#LosLunesAlSol

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.