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San Hermenegildo: Tesoro oculto de la vieja ciudad. Abel González Canalejo


hermenegildo¡Oh, Ciudad! ¡Vieja Ciudad! ¡Cuántos tesoros ocultas tras tus piedras antiguas a los ojos de quienes en vano aspiramos a alcanzarte y creemos conocerte!

Sé que estas privilegiadas sorpresas también se dan en otras ciudades viejas que también fueron grandes, como Venecia, Florencia, Roma, Estambul, y seguro muchas otras que yo no conozco, pero me sigue maravillando que mi Sevilla - nuestra Vieja Ciudad - tenga aún hoy tesoros secretos con los que seguir sorprendiéndonos.

Y poco podíamos imaginarnos los vecinos de barrio y feligresía lo que nos encontraríamos el pasado sábado, 11 de mayo de 2024, momentos antes de la primera salida procesional de la muy antigua Hermandad de San Hermenegildo.

Llevo toda la vida moviéndome por el territorio cofrade del norte de nuestra ciudad y toda la vida pasando por la torre de San Hermenegildo y sabiendo que ahí dentro reside una hermandad que da culto al santo homónimo, pero hasta que no traspasé el dintel de la vieja puerta de Carmona, de la también vieja muralla julia y almohade, no pude hacerme una idea de toda la grandeza y la historia ahí custodiadas.

hermenegildoSan Hermenegildo es junto a San Fernando copatrón de la Monarquía Hispánica por ser los dos únicos reyes santos de nuestra historia. San Hermenegildo sufrió martirio y ejecución en el siglo VI de nuestra era de manos de su propio padre, el también rey visigodo Leovigildo, por haberse mantenido este último fiel a la herejía arriana, hoy día extinta, mientras que el primero se convirtió a la iglesia de Roma. El príncipe y autoproclamado rey católico Hermenegildo fue hecho cautivo por los partidarios de su hereje padre y martirizado en una celda incrustada en la torre que lleva su nombre, la última del último lienzo de murallas de nuestra ciudad. El culto a este rey y mártir fue introducido en Sevilla por las huestes de Fernando III en el siglo XIII, y cuando se produjo su canonización a finales del XVI, ya hacía cien años que existía su hermandad en Sevilla.

La hermandad llegó a poseer gran poder e influencia y grandes terrenos colindantes a la torre, hasta que poco a poco fue mermando llegando languidecer a mediados del siglo XX. Cuando en 2011 un grupo de devotos acudió a su rescate, apenas quedaban cuatro hermanos que aún impedían la extinción de la Hermandad. Gracias a la sabia nueva incorporada, la hermandad ha ido creciendo hasta alcanzar una segunda vida y una certeza trascendental, la de que una hermandad de Gloria, hoy día, ha de salir a la calle, y mostrarse, si no quiere extinguirse.

Cuando uno atraviesa la vieja puerta de Carmona y penetra en la muralla de Sevilla, y de la muralla pasa al templo de San Hermenegildo, se encuentra allí dentro una cantera de nuestra mejor historia: un retablo de caoba del siglo XVII, una imagen del Santo atribuida a Martínez Montañés, una serie de cuadros del barroco entre ellos un Velázquez… ¿Cómo es posible tanta historia tan nuestra allí mismo y que los vecinos ni siquiera lo supiéramos? La razón es muy sencilla: la Hermandad se ha mantenido durante seiscientos años introvertida en sí misma, dedicada al culto interno. Pero hoy los tiempos han cambiado y es necesario abrirse al mundo y dar a conocer nuestro ingente y maravilloso patrimonio histórico, artístico y sobre todo devocional.

hermenegildo

No puede haber sido más acertada esta decisión de la Junta de Gobierno de salir a la calle y compartir con el resto de Sevilla sus tesoros. Ruego a Dios que esta procesión de San Hermenegildo sea la primera de muchas y que nuestra ciudad, ¡oh, Vieja Ciudad!, siga levantando sus antiguas piedras para enseñarnos tantos tesoros que, aunque parezca imposible, aún nos oculta. ¡Larga vida a San Hermenegildo!

A.G.C.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.










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