Semana Santa 2007 sin obras. ¿Utopía o realidad? Javier Ramos Sáez
Está claro que “del dicho al hecho hay mucho trecho”, y este dicho popular lo cumple a la perfección nuestro “querido” alcalde.
Hoy en día, en este instante, es muy difícil circular por las calles céntricas del casco histórico de Sevilla, y yo me pregunto si las obras, e incluso si las obras fueran tapadas provisionalmente, ¿se podría tener una Semana Santa digna de nuestra cuidad?
Creo que esta pregunta tendría muy poco valor para mentes de inducción tan progres como las del alcalde cuyo único afán es hacer una falsa modernización de Sevilla, una cuidad histórica que no debe renegar de su pasado.
Se cree el alcalde que con tapar las obras se va a solucionar la problemática o se van a olvidar de ellas. Lo que debe hacer es terminar cuanto antes las obras de la Avenida de la Constitución y luego las demás por orden de importancia.
Tal como van las obras, con esa parsimonia, es difícil creer que estarán terminadas para dentro de cinco meses. “Piel sensible” lo llaman los asesores del alcalde... Si fuera de verdad la piel sensible de la cuidad, como ellos pretenden que reconozcamos, se darían cuenta de que el centro de Sevilla no puede estar colapsado de andamios y maquinaria de construcción, cada vez con menos sombra, con menos árboles, con menos vida y con menos historia.
Los trámites se están alargando (espero que no sea tanto como las obras del metro) y el presupuesto, por ende, se está engordando. Ese presupuesto lo pagamos los sevillanos, que no se olvide.
Desde luego ya tenemos asegurado otra Semana Santa con andamios en la zona de la antigua Fábrica de Tabacos, otra vez viendo a Los Estudiantes bajo la limitación de las fosas y los andamios. Una Semana Santa con el triste panorama de ver a Los Javieres, San Isidoro o San Benito, entre otros, bajo las obras de la Alfalfa.
El alcalde por el contrario, orgulloso y feliz de ver así a Sevilla, con una sonrisa eterna e ignorante, posando con el casco de obra haciendo el paripé con los que en verdad trabajan. Orgulloso de lo que su partido político le recomienda que piense. Todo lo politizante en esta vida tiene que ser por desgracia blanco o negro.
¿Esto es progresismo?, ¿ver a Sevilla andamiada es futuro?, entonces ¿las obras del cuarto de baño de mi casa me hacen ser progresista y ser un chico de moda?
¿Por criticar la actuación del alcalde ya me hace ser un rancio anticuado o es que no puedo ver las cosas que le pasan a mi querida cuidad desde el sensus communis que dijera Santo Tomás de Aquino?
Vivimos en la permanente utopía que nos muestran los políticos y nos dan en nuestra fibra sensible para hacernos ver la realidad como ellos lo pintan, nos cogen la Semana Santa como propaganda electoral y la transforman a su antojo. Con las cosas sagradas no se juegan, ni el PP, ni el PSOE ni ningún partido político.
La única realidad es que al alcalde le gusta agradar a todos y eso es difícil Quiere buscar en la palabra y en las promesas utópicas las bases de sus lazos de unión con el pueblo sevillano. Nosotros a ver al Señor de Pasión pasando por el futuro champiñón de La Encarnación.
Fotos: Francisco Santiago
Telegram