Arte Sacro
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El IAPH acoge en sus instalaciones dos obras muestras del barroco andaluz


Arte Sacro. La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía acoge en sus instalaciones del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico a efectos de conservación, restauración e investigación dos obras cumbre del arte español en general y del Barroco Andaluz en particular.

La primera de ellas es el Crucificado de los Desamparados, realizado en 1617 por Juan Martínez Montañés para el convento de los Carmelitas Descalzos. Esta escultura, considerada como una de las obras más sobresalientes del maestro jaenés, ha sido trasladado desde la iglesia Conventual del Santo Ángel a los talleres del IAPH para realizar un estudio del estado de la talla primero, y, posteriormente, proceder a su restauración.

Además de por su exquisito acabado, la obra destaca por su cuidada policromía, (realizada por Francisco Pacheco), su dibujo, composición, anatomía y estructura del sudario plenamente logrados, y una honda espiritualidad impuesta por el clima de la contrarreforma y el ambiente de la sociedad de su tiempo. Jesús se representa muerto, fijado por tres clavos, y su cabeza ligeramente inclinada a su derecha. Con esta talla, Juan Martínez Montañés consiguió dar forma imperecedera a las personas divinas, a sus gestos y actitudes, tal y como demandaba la sensibilidad popular de la época.

Paralelamente a las labores de restauración que se llevarán a cabo en el Centro de Intervención del IAPH, la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta, ha comenzado los trámites necesarios para declarar el Crucificado de los Desamparados como Bien de Interés Cultural.

La otra obra a intervenir por el IAPH lleva por título “Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos”, sin duda, una de las pinturas más valiosas del Barroco Sevillano. Encargado por Miguel de Mañara como parte del programa iconográfico de la Iglesia del Hospital de la Caridad, y realizado por Bartolomé Esteban Murillo en 1672, este excelente cuadro realizó, entre 1810 y 1939, un viaje de dos mil kilómetros que le llevó, de Sevilla a París, del Louvre al Prado, y por fin el 7 de noviembre de 1939, de Madrid a Sevilla, al retablo de la nave de la epístola de la Iglesia del Hospital de la Caridad.

En este mes que ahora comienza, el IAPH se enfrenta al enorme compromiso de intervenir en dos hitos artísticos del Patrimonio Histórico de todos los andaluces y andaluzas, sin embargo el Centro de Intervenciones de esta institución es el lugar más indicado para hacerlo: la calidad de los profesionales implicados, la idoneidad de las técnicas empleadas, y la aplicación de una metodología correcta, darán como resultado una restauración técnica y estéticamente perfecta, demostrando, una vez más, la solvencia y el buen hacer del Centro de Intervenciones del IAPH para con todas y cada una de las obras que conforman nuestro ingente patrimonio cultural.

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