Todavía con las nazarenas. José Cretario. ABC Sevilla
DENTRO de un año se van a cumplir diez desde que se promulgaran las actuales Normas Diocesanas. Estas, como las anteriores, deben tener el corto ciclo vital de alguna de estas especies animales que no llegan a vivir muchos años, porque al llegar a la década ya se han convertido en ancianas. Tienen achaques y alguna patología crónica de carácter endógeno. El límite de las 57 hermandades se va a tener que operar; la obligación de contribuir al fondo diocesano necesita constantemente vitamina B6 o B12 para fijarse en la memoria y el tema de las nazarenas se parece mucho a la sesión de un psicoanalista que dura ya 5 años, los mismos que cumple el exhorto episcopal pidiendo a las hermandades una reflexión sobre la necesaria igualación de todos derechos entre hombres y mujeres. Sesiones que como a veces no han dado resultado, se han sometido a la terapia de choque del padre Soria que garantiza su efectividad. Ahora de nuevo estamos en las puertas de que dos cofradías que en su día votaron en contra de la incorporación de la mujer a las filas de nazarenos, El Valle y El Baratillo, sometan de nuevo el tema a la consideración de los hermanos. Que en 2006 se siga preguntando si una hermandad debe de abrir las filas a las mujeres es ya de por sí social y humanamente llamativo, pero más lo es aún que haya quien encuentre razonamientos para oponerse. De ahí que las juntas de gobierno de estas dos cofradías apuesten decididamente por el voto afirmativo. Félix Hernández, del Valle, una cofradía que en los años 40 ni siquiera admitía a las mujeres como hermanas, es contundente cuando afirma que «las hermandades deben de ir con los tiempos» e Ignacio Pérez en el Baratillo lo que no quiere es tener que decirle más a algunos padres que saquen de las filas los miércoles santos a sus hijas vestidas con la túnica azul. Ni los padres lo entienden ni las niñas tampoco. Movidas por un sentido práctico -quieren que sus reglas se aprueben- y sobre todo ético -la mujer en la hermandad es exactamente igual que el hombre- Valle y Baratillo se disponen a restarse del grupo de las once si impera la cordura. En 2007 sólo quedarían 9, y cuando el Gran Poder acometa la reforma, puede que este enfermo no necesite ya más terapias de choque.
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