Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo Ordinario
  • viernes, 24 de mayo de 2024
  • faltan 324 días para el Domingo de Ramos

Ya queda menos. El reloj de arena en el teatro. Alberto De Faría Serrano


 Cuando nuestros queridos hermanos mayores abandonaron San Gregorio la noche del histórico lunes quince ya se había escenificado una muy descorazonadora obra de teatro que sobresalía ingrávida al caer el telón de la Puerta Jerez sobre el feliz placet al estirón. Ahora es el tiempo de descubrir la trama argumental y sobre todo la aceptación de la batea los palcos y el gallinero. Descorazonadora por el exiguo y ajustado margen con que salió  adelante; tan no sorprendente fractura fraternal respecto de la ampliación no viene mas que poner de manifiesto que ni será un camino de rosas ni quizás tenga el proceso adecuado ni los plazos tácitamente  predeterminados por la Junta Superior. Ni mucho menos por Palacio. Obra porque en este se tiene entre ceja y ceja que salga su fumata blanca antes que concluya su mandato; y no solo por  el par de hermandades aceptadas; ¿eran solo dos las que subyacían en el fondo? Y de teatro porque se guardan las formas de una exquisita declamación cuando entre bastidores concurren demasiados privilegios y peligros subyacentes. 

Semanas después el  propio  Hermano Mayor del Carmen ha confirmado lo que ya era vox populi desde hace meses;  no desdeñando el último puesto del Miércoles exhibe al expectante auditorio que hay un ímprobo desvelo y casi una amarrada conformidad  respecto de ese día aun con cabos muy gruesos sueltos.  Así  la amplia y presumible  resistencia de un grupo de hermandades comandadas por las del Lunes y especialmente la del hermano Mayor de Santa Marta estaba más que servida; se aplicaron el refrán de las barbas del vecino: por algo variaron de asiento determinados hermanos mayores al inicio del pleno. Sobrevuela el  pujante espíritu trinitario de San Pablo y el ejemplo del Cerro sobre sus cabezas.

El escenario del estirón se dibuja por tanto convulso. Cada día que transcurre se percibe una farragosa cuenta atrás en la que ningún actor principal puede decir ni entre bambalinas que se ha quedado con las papeletas. El reloj de arena con que habitualmente se dirimen los anuncios importantes en la ciudad se consume cada día a mayor velocidad. La determinación del cabildo de los Panaderos de condicionar la entrada de una nueva a recuperar una posición por delante de Siete Palabras y que la debutante cierre la jornada, va mucho más allá de solucionar su discontinua y descompensada puesta en acción del cortejo de nazarenos por Daoiz, San Andrés y  Gª Tassara, saliendo mucho mas desahogados. Igual que las del Lunes, le dan una esperada vuelta de tuerca y redoblan la apuesta; Sin embargo no le toca mover ficha al Consejo. Este ya lo hizo pasados meses y el día del pleno. Ahora más que nunca le toca estar concentrado en su rol moderador y consultivo. Ocurre que ni la ampliación de nuestra Semana Mayor es el teatro de las vanidades que se está escenificando ni muchísimos menos una ambigua partida de cartas de tahúres despistados. 

Se impone un rápido pero eficaz periodo deliberativo y reflexivo en el que sería conveniente recurrir al sentido común; si ese que es el menos común de los sentidos en la mayoría de mortales por estas nuestras tierras. Porque no es nada descabellado pensar ni descartar por asomo a estas alturas que el Gallo siga mojando sus plumas en la pila bautismal de San Martín un año más y el flamante Misterio de Álvarez Duarte se estrene delante del Templete de   la Cruz del  Campo en otro sábado pasional más. Retomen fuerzas, restituyan postulados y sepan contemplar el histórico momento que se  nos plantea con el suficiente elevado espíritu noble que se les presupone al jurar un cargo en una hermandad y la lealtad de los juicios a los principios cristianos que les convocaron. En Palacio también; quizás se esté dejando de lado un par de apuntes; que las cuatro últimas incorporaciones se hicieron efectivas  precisamente en las jornadas que de nuevo se vuelven a barajar, ominoso agravio comparativo en este difícil equilibrio siempre inestable de las relaciones de poder que el Consejo quiere prevalecer por un lado y que no estaría de más sacar el as escondido en la manga de la provisionalidad y las fórmulas ad experimentum. A poco que quien tenga la sartén por el mango también ponga de su parte; la amplitud de miras es propia del sano juicio y del mejor oficio. La arena sigue cayendo y los granos cada son mas grandes. Por suerte o por desgracia ya queda menos.

Foto: Francisco Santiago 










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.